La sonda Juno de la NASA llegará el lunes a la órbita de Júpiter tras cinco años de misión y hará historia como la nave que más se aproxima al planeta y la impulsada por energía solar que viaja más lejos en el espacio.
EFE
Juno, lanzada el 5 de agosto de 2011, es una misión de muchos hitos: también es la primera sonda impulsada por energía solar enviada a Júpiter y la primera que orbita un planeta exterior (los que están más allá del cinturón de asteroides) de polo a polo.
La nave, no tripulada y del tamaño de una cancha de baloncesto, es la primera diseñada para operar en el corazón de los cinturones de radiación de Júpiter, la primera en llegar a 2.575 kilómetros de sus nubes superiores y la que tomará las imágenes con mayor resolución vistas nunca del planeta gigante.
A las 22.30 del 4 de julio en el horario del este de Estados Unidos (02.30 GMT del 5 de julio) está previsto que Juno ejecute una maniobra de inserción en órbita con una reducción de velocidad de 1.950 kilómetros por hora.
Una vez en la órbita de Júpiter, se aproximará a las nubes superiores del planeta cada 14 días hasta culminar la misión en febrero de 2018, cuando está previsto que choque intencionadamente en la atmósfera del planeta.
Esta es la primera vez que una sonda orbitará los polos de Júpiter, lo que proporcionará nuevas respuestas a los misterios sobre su núcleo, composición y campo magnético.
La sonda estadounidense será también la primera en observar lo que hay debajo de las densas nubes del planeta, por eso la misión lleva el nombre de la diosa Juno, hermana y esposa de Júpiter, que según la mitología romana, podía ver a través de las nubes.
Para la agencia espacial estadounidense (NASA), esta misión supone “dar un paso de gigante hacia la comprensión de cómo se formaron los planetas gigantes y del papel que jugaron en la formación del resto del sistema solar”.
Los planetas gigantes, también llamados exteriores o gaseosos, son aquellos que están situados más allá del cinturón de asteroides, es decir, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Juno contribuirá a mejorar la comprensión de los primeros momentos del sistema solar al revelar el origen y la evolución de Júpiter, su objetivo principal.
Júpiter fue probablemente el primero de los planetas en formarse alrededor del Sol porque contiene muchos de los mismos gases ligeros de los que está hecho el astro, hidrógeno y helio, explica la NASA en la extensa y pedagógica documentación que ha publicado sobre esta misión.
Para estar compuesto principalmente de hidrógeno y helio, Júpiter se debió haber formado mientras había muchos de esos gases ligeros alrededor, es decir, cuando el sistema solar era joven.
La misión de Juno tiene una inversión total de 1.300 millones de dólares y es la segunda sonda diseñada por el programa de la NASA “New Frontiers”, tras “New Horizons”, que se aproximó a Plutón en julio de 2015 después de nueve años y medio de travesía espacial.
Juno ya batió en enero un récord al convertirse en la sonda impulsada por energía solar en llegar más lejos en el espacio, a alrededor de 793 millones de kilómetros del Sol.
La mayor parte de ingenios espaciales que se aventuran tan lejos del Sol necesitan usar energía nuclear para continuar, pero Juno es capaz de generar suficiente energía gracias a sus tres enormes paneles solares, de nueve metros de largo cada uno.
El cuerpo principal de la sonda mide 3,5 metros de alto y de diámetro, mientras que el peso total del ingenio espacial es de 3.625 kilos.
Con sus instrumentos científicos, Juno investigará la existencia de un núcleo planetario sólido, examinará el intenso campo magnético de Júpiter, medirá la cantidad de agua y amoniaco en la atmósfera profunda y observará las auroras del planeta.
Además, identificará cuánta agua tiene la atmósfera de Júpiter, lo que ayudará a determinar qué teoría sobre la formación del planeta es la correcta o si es necesario elaborar nuevas teorías.