Cinco años después de su lanzamiento, la sonda Juno de la NASA se pondrá este martes en órbita alrededor de Júpiter en busca de desentrañar los misterios del planeta más grande del sistema solar, escondidos bajo una espesa capa nubosa.
AFP
“Llegaremos a Júpiter, lo que es difícil de lograr”, dijo a la prensa el responsable científico de la misión, Scott Bolton, del Southwest Research Institute en San Antonio (Texas).
“Hay una emoción extraordinaria en el equipo científico con la llegada a Júpiter (…) que ofrece vistas espectaculares a esa distancia”, agregó en un comunicado.
La sonda de casi cuatro toneladas, impulsada por energía solar, efectuará una serie de 37 sobrevuelos alrededor de Júpiter, la mayor parte entre 10.000 y 4.667 kilómetros sobre la espesa capa nubosa, durante una misión científica de 18 meses.
Los sobrevuelos de Juno serán mucho más próximos al planeta gigante que el precedente récord de 43.000 kilómetros establecido por la sonda estadounidense Pioneer 11 en 1974.
Este martes a las 03H18 GMT –todavía el lunes 4 julio en Estados Unidos, su fiesta nacional– Juno, que avanza a 64 km por segundo, encenderá su motor principal durante 35 minutos para frenar su trayecto de manera de ser capturado por la gravedad de Júpiter y colocarse en una órbita polar de 53,5 días.
La transmisión por televisión del evento que ofrecerá la NASA comenzará a las 02H30 GMT del martes.
Dada la distancia entre Júpiter y la Tierra, unos 869 millones de kilómetros, la señal de radio de confirmación del encendido del motor llegará a los controladores de vuelo 48 minutos después, a las 04H06 GMT.
Después de las dos primeras vueltas de 53,5 días, Juno se colocará a partir de octubre en una órbita de 14 días que le hará pasar sucesivamente cerca de los dos polos.
Durante sus sobrevuelos, los instrumentos de la sonda penetrarán la espesa capa de nubes para estudiar las gigantescas auroras boreales, su atmósfera y su magnetósfera.
“Juno se acercará a Júpiter a una distancia sin precedentes para desentrañar sus misterios”, destacó la responsable del programa de la NASA, Diane Brown.
Uno de los objetivos principales de la misión será comprender mejor de qué se compone el interior, hasta ahora inobservable, del planeta gigante.
– Nueve instrumentos a bordo –
Juno, una misión de 1.100 millones de dólares lanzada el 5 de agosto de 2011, va de igual modo a cartografiar los campos gravitacionales y magnéticos de Júpiter para determinar su estructura interna.
Los nueve instrumentos de la sonda, entre ellos varios europeos (incluidos franceses e italianos), van igualmente a medir las emisiones radiométricas de la atmósfera profunda del planeta, lo que permitirá conocer su composición, su estructura térmica y su ambiente ionizado.
“Hoy no se sabe si Júpiter posee o no un núcleo central”, explicó Tristan Guillot, director del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia y miembro del equipo científico de la misión Juno, precisando que la sonda va a permitir hacer “mediciones 100 veces más precisas”.
Juno no solamente debe ayudar a desentrañar los secretos que encierra Júpiter, sino también suministrar nuevos índices sobre las condiciones imperantes al momento del inicio del sistema solar, cuando el planeta gigante estaba en formación.
Los responsables de la misión advierten sobre los riesgos potenciales para Juno al aproximarse tanto al planeta. Mencionan principalmente la capa de hidrógeno –90% de la atmósfera–, sometida a tal presión que actúa como un poderoso conductor eléctrico.
Según los científicos, este fenómeno combinado con la rápida rotación de Júpiter –un día jupiterino dura solamente 10 horas terrestres– generan un campo magnético muy potente que rodea al planeta y puede amenazar a la sonda.
Para protegerse de las fuertes radiaciones, Juno está provista de una sólida armadura de titanio que cubre sus instrumentos electrónicos, su computador a bordo y sus cables eléctricos. De 172 kilos, esta bóveda reducirá las exposiciones a las radiaciones 800 veces en comparación con la parte no protegida.
Juno lleva a bordo tres estatuillas Lego hechas de aluminio. Representan a Júpiter, el rey de los dioses en la mitología romana; a su esposa y hermana Juno; y a Galileo, el científico italiano que descubrió las cuatro grandes lunas de Júpiter.
Hace más de 20 años, la misión Galileo de la NASA permitió estudiar las lunas de Júpiter, entre ellas Europa, dotada de un océano de agua bajo su espesa capa de hielo, donde podrían existir organismos vivos.