La segregación aplicada a toda persona que piense distinto al gobierno es característica de todo gobierno totalitario y/o autoritario, todos tenemos referencias de lo sucedido a los judíos durante el régimen Nazi o con la población negra en Sudáfrica durante el Apartheid. En Venezuela tuvimos una experiencia de segregación en base a las preferencias políticas con la llamada “lista Tascón”, hoy nuevamente vivimos un proceso de persecución y discriminación contra quienes se manifestaron a favor del Referendo Revocatorio.
La ejecución de políticas de exclusión y aislamiento de parte de la población son diametralmente opuestas al concepto de democracia y de estado de derecho, pero ha sido una forma efectiva que han encontrado los dictadores para mantener control de la población.
Lo que hemos observado después del inicio de recolección de firmas para activar el Revocatorio, es la muestra de que el gobierno aplica una estrategia de intimidación para impedir que los ciudadanos manifiesten libremente su voluntad; jóvenes expulsados del programa de becas JEL, trabajadores del Seniat despedidos por firmar, empleados públicos amenazados, es parte del repertorio desplegado por maduro para evitar la consulta electoral.
La diferencia entre los tiempos de la “lista Tascón” y la actual ola de persecución, radica en que por un lado la población ha perdido el miedo y está dispuesta a ser marcada por el gobierno. Por otro lado, la discriminatoria Lista Tascón era aplicada contra una minoría de la población, debido a que el entonces presidente Chávez contaba con el apoyo mayoritario del pueblo.
Aunque moralmente es igual de reprochable, en la práctica es más fácil mantener una política de segregación contra un grupo minoritario y no a la mayoría de la población. Por eso frente a los abusos el gobierno se ha encontrado con el valor de los venezolanos, quienes haciendo caso omiso de las amenazas siguen adelante buscando la salida electoral.
Maduro y su entorno están descubriendo, como lo hicieron los afrikáans en Sudáfrica, que gobernar de espaldas a la mayoría de la población es algo insostenible por un tiempo prolongado. Estamos viviendo los últimos días de un gobierno que decidió salir por la puerta pequeña de la historia y someter a la gran mayoría de la población que quiere cambio, pero el pueblo termina siempre imponiendo su voluntad soberana y conquistando su libertad.