El Hospital José Gregorio Hernández de Caracas es el reflejo de lo que están viviendo la gran mayoría de los hospitales venezolanos y el sistema sanitario en general. A continuación el reportaje de Sin Filtros donde describe la situación de este hospital caraqueño.
Sin Filtros es el primer medio internacional en entrar con cámara oculta en el interior de este sanatorio, convertido hoy en un lúgubre escenario. Lo conseguimos gracias a la colaboración de trabajadores del hospital caraqueño. Recorrimos sus 8 plantas, descendimos a su subsuelo y nos adentramos en sus entrañas hasta las puertas de la morgue.
La experiencia evoca una película de terror: plantas enteras clausuradas, utilizadas durante años como depósitos de material inutilizable y habitaciones sin cristales con nidos y excrementos de palomas en su interior. Los pacientes nos dicen que los baños están cerrados, infectos y contaminados. Lo hemos comprobado recorriendo cada aseo del hospital. Los baños permanecen inmundos, encharcados y con materia fecal, un auténtico foco de infección a escasos metros de los enfermos.
Este hospital, que se comenzó a construir en 1968, se inauguró finalmente en 1973. Con más de 500 camas, en la actualidad está trabajando al 15% de su capacidad.
Hoy es una auténtica ruina, donde las escaleras de emergencia son una trampa con trastos inservibles en cada descansillo, habitaciones utilizadas como depósitos, donde anidan palomas callejeras, y plantas completas clausuradas con rejas y candados.
No hay medicamentos y los médicos muchas veces no tienen como tratar las dolencias de sus pacientes. La ausencia de medicinas básicas es alarmante, no solo en este hospital. Hay medicamentos imposibles de encontrar en toda Venezuela.