El día jueves 14 de julio un grupo de senadores de los Estados Unidos, Ben Cardin (D-Maryland), Miembro del Comité de Relaciones Exteriores, conjuntamente con los co-patrocinadores Marco Rubio (R-Florida), Dick Durbin (D-Illinois), Bob Menendez (D-New Jersey), Bill Nelson (D-Florida), Tim Kaine (D-Virginia), Cory Gardner (R-Colorado), Mark Kirk (R-Illinois), and Barbara Boxer (D-California), introdujeron una resolución ante el Senado en la cual expresan su profunda preocupación por la crisis económica, social y humanitaria de Venezuela.
En el contenido de la propuesta se establecen los siguientes elementos:
1.- Profunda preocupación por la escasez de medicinas y alimentos;
2.- Llamado al Gobierno de Venezuela para la liberación de los presos políticos y exige protección a la libertad de expresión, de reunión y a los derechos humanos internacionalmente reconocidos:
3.- Apoya esfuerzos significativos de diálogo que conduzcan a respetar los mecanismos constitucionales y a resolver la crisis;
4.- Apoya al Secretario General de la OEA al haber invocado el Artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana y urge al Consejo Permanente a hacer la evaluación colectiva que ese Artículo prevé sobre el orden constitucional y democrático de Venezuela.
5.- Expresa su profunda preocupación por la falta de respeto del Poder Ejecutivo al principio de separación de poderes y la apelación que éste hace de los decretos de emergencia y de la subyugación del poder judicial.
6.- Llama al Gobierno de Venezuela a respetar la Constitución, incluyendo el derecho de los ciudadanos para un referendo revocatorio oportuno y justo este año.
7.- Plantea la urgencia del respeto a la ley y de esfuerzos para combatir la impunidad y la corrupción; y
8.- Urge al Presidente de los Estados Unidos a dar total apoyo a la OEA y le exige instruir a las agencias federales para investigar a los funcionarios del Gobierno venezolano por violaciones a las leyes de Estados Unidos y por abusos a los derechos humanos.
Este documento evidencia un compromiso bipartidista de influyentes senadores norteamericanos en la denuncia frontal del gobierno de Nicolás Maduro y, al mismo tiempo, un espaldarazo a Luis Almagro, lo que implícitamente es desechar la frenética e infructuosa actividad del ex presidente español Rodríguez Zapatero. El apoyo a Almagro cambia la ecuación sobre la aplicación de la Carta Democrática a Venezuela pues significaría colocar el enorme peso del Senado de los Estados Unidos en la denuncia de la ruptura del orden constitucional en Venezuela.
Al momento de redactar este Reporte Especial se tiene conocimiento del impacto causado en las principales cancillerías latinoamericanas, así como la perplejidad en que se ha sumido Maduro y su gobierno. En Caracas se aseguraba que dada la proximidad de las elecciones norteamericanas, ninguna iniciativa radical como la presente, sería tomada.
Maduro se movía la tarde del jueves para intentar que factores de la oposición atacaran la propuesta de los senadores, como vía para impedir su aprobación en el Senado de Estados Unidos, recordando la experiencia con Roberta Jakobson, entonces Secretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, cuando opositores venezolanos solicitaron no aplicar sanciones a funcionarios del chavismo. Ningún dirigente opositor ahora estaría dispuesto a participar en una jugada de esa naturaleza.
El respaldo del Senado de EEUU a las peticiones de la oposición venezolana desmantela las maniobras de Samper y Zapatero para que este sector desistiera de las condiciones previas para cualquier diálogo “significativo”.
Ya se ha hecho demasiado notorio que el gobierno venezolano ha pasado a ser un problema urgente de seguridad internacional.