El presidente Nicolás Maduro amenazó este lunes con encarcelar a los representantes de la empresa estadounidense Kimberly-Clark en Venezuela por supuestos engaños a sus trabajadores, tras cesar operaciones en el país.
AFP
“Irán presos quienes tengan que ir presos, estén donde estén, porque los vamos a solicitar por código rojo” de Interpol, advirtió Maduro al hacer un balance de un plan para mitigar la escasez de alimentos y bienes básicos, a cargo de los militares.
El mandatario socialista denunció a través de la televisión gubernamental que el fabricante de productos de higiene personal violó los derechos de un millar de trabajadores venezolanos.
Según dijo, los directivos de la compañía aseguraron al personal haberle depositado en sus cuentas bancarias “dinero de las prestaciones sociales, pero era mentira”.
“Eso ya lo están demostrando los organismos jurisdiccionales”, agregó.
El control de las instalaciones de Kimberly-Clark en Maracay (estado Aragua, centro) fue entregado por el gobierno a los empleados, luego de que la multinacional detuviera operaciones hace dos semanas alegando el deterioro de las condiciones económicas del país petrolero.
Maduro aseguró que las líneas de producción de la planta están completamente operativas.
El presidente adelantó que la empresa, que produce pañales, toallas sanitarias y papel higiénico, entre otros productos muy escasos en Venezuela, será rebautizada en los próximos días.
Aseguró, además, que la maquinaria de la planta fue saboteada tras detener actividades.
Según Fedecámaras -principal gremio empresarial venezolano- 85% de la industria estaba paralizada en mayo pasado por falta de materia prima, lo que recrudece el desabastecimiento, agravado por la caída de los precios del crudo.