La movilidad en una ciudad es un factor que la paraliza o la activa, es un eje indispensable para lograr accesibilidad, dinamización de la economía y movilidad social. Es a su vez una de los principales variables de competitividad entre ciudades. Indudablemente, el transporte dentro de las urbes metropolitanas es un medio que permite a los ciudadanos cumplir con sus obligaciones y expectativas, ya que brinda (o no) la posibilidad de desplazarse al trabajo, al centro educativo, a un parque o ir de emergencia a un hospital.
Para nadie es un secreto que la movilidad y el transporte público en Caracas es algo que tenemos que revisar, estudiar, repensar y mejorar. La inseguridad, la limitada frecuencia y la baja calidad de las unidades de transporte, el fuerte tráfico, entre otros, menguan fuertemente la calidad de vida de los caraqueños. Quienes estamos motivados en transformar Caracas y creemos que lo podemos lograr, no podemos dejar este tema de lado.
Estamos seguros de que necesitamos proponer una revisión estructural del sistema de gestión del transporte público caraqueño, que entienda a la ciudad de forma holística, integral y sostenible, que aprenda de experiencias exitosas en muchas partes del mundo y que esté dispuesta a apalancarse en la tecnología como herramienta para el cambio. Quiero señalar que es necesario acabar con la falta de articulación entre los diferentes modos de transporte (jeeps, autobuses, trenes, metrocables, ferrocarriles, etc.) y entre las diferentes administraciones públicas que gerencian el transporte urbano. Esto lo vamos a lograr teniendo una “Autoridad Única de Transporte para Caracas”.
Observemos el caos administrativo:
Políticamente Caracas está conformada por el Distrito Capital (municipio Libertador) y por 4 municipios del estado Miranda: Baruta, Chacao, El Hatillo y Sucre. Cada uno de esos municipios cuentan con un poder ejecutivo local propio y son autónomos en su gestión, sin embargo rinden cuentas y se articulan bajo la supervisión y coordinación de la Alcaldía Metropolitana de Caracas y el Cabildo Metropolitano. Adicionalmente, en Caracas interviene el poder nacional directamente a través del Gobierno del Distrito Capital y la gobernación de Miranda, en los municipios de su jurisdicción.
Como consecuencia de la gran cantidad de administraciones públicas que ejercen poder en Caracas, la gestión del transporte está atomizada pero no dividida, es decir, las instituciones que procuran regular y gestionar este servicio se solapan entre sí y se evidencia poca colaboración intermunicipal y con los otros niveles de gobierno. Cada uno de los municipios de la Gran Caracas cuenta con una Dirección de la Alcaldía enfocada a este tema, por ejemplo: Instituto de Transportes (Sucre), Dirección de Transporte (Baruta), Oficina de Transporte (Libertador), Inmetra (Alcaldía Metropolitana), etc. Dando como resultado que en total en el AMC operan 16 instituciones públicas con, básicamente, el mismo fin. Si se amplía el concepto y se analiza las dimensiones de la RMC, son 33 las autoridades competentes.
Por si fuera poco el Ministerio de Transporte Terrestre dicta políticas nacionales, fija tarifas y fletes y es responsable de la construcción de infraestructura vial, el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte ejecuta proyectos nacionales de transporte, autoriza a prestadores de servicios, entre otros, y también está la empresa pública Metro, con políticas emanadas por el Ejecutivo Nacional.
Como parte de la planificación estratégica para solucionar esta situación, organizar y hacer efectivo el transporte público en Caracas se requiere, en primera instancia, conformar una Autoridad Única que gestione de forma profesional y con capacidad articuladora y directiva el transporte colectivo urbano.
Esta es nuestra vocación, pensar la ciudad y proponer alternativas. La mejor Caracas la construiremos con nuevas ideas.