El Banco Central de Venezuela (BCV) no ha cumplido con su tarea fundamental. Su deber es garantizar el sostenimiento del valor del signo monetario. Basta con comparar el precio de una taza de café en enero de 2008, que costaba un bolívar, justo cuando se hizo la reconversión monetaria para hacerlo un sistema más fuerte, con el del mercado actual en 500 bolívares
Dayrí Blanco / El Carabobeño
El incremento ha sido de 50.000% en los últimos ocho años. “Eso dice mucho del accionar del BCV”, advirtió el director del Instituto de investigaciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo (Faces-UC), economista Pablo Polo.
La Constitución ha sido irrespetada por el ente financiero de la república en diversas oportunidades. La reforma de la Ley del BCV de diciembre de 2015 es una muestra de ello. “A eso le sigue la reciente sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que lo autoriza a actuar de manera independiente y sin el consentimiento de la Asamblea Nacional (AN) para la validación en las medidas de financiamiento que toma”.
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