Ante los hechos ocurridos el pasado 28 de Julio en Nicaragua, en la cuál, “sospechosamente” el Consejo Supremo Electoral decidió declarar la pérdida de la condición de diputados a 28. (16 principales y 12 suplentes) entre principales suplentes pertenecientes al Partido Liberal Independiente de Nicaragua. Que según la Constitución de 1986 la Asamblea Nacional de Nicaragua es el órgano de tipo unicameral que ejerce el poder legislativo de la República de Nicaragua, está integrada por 92 diputados que fueron electos junto a sus suplentes para un período de cinco años mediante el VOTO UNIVERSAL, IGUAL, DIRECTO, LIBRE y SECRETO. Del total de diputados 70 son electos de acuerdo a las circunscripciones departamentales y regiones autónomas, mientras que el resto tienen carácter nacional.
El parlamento en su mayoría oficialista acató la decisión del Consejo Supremo Electoral (CSE) de suspender a los 28 diputados (16 principales y 12 suplentes) que pertenecían al Partido Liberal Independiente (PLI) hasta mayo, cuando la Corte Suprema de Justicia (CSJ) quitó la representación legal de este partido a Montealegre para otorgársela a Pedro Reyes. Caso similiar a lo ocurrido con COPEI (octubre 2015) en Venezuela.
Este “reemplazo” ocurrió después de que la Corte Suprema de Justicia (CSJ), controlada por magistrados afines al Gobierno, retiró a Montealegre de ese cargo y reconoció a Reyes.
Esto significa una replica descarada a la utilización de un organismo del Estado para construir una amenaza hegemónica a la democracia de la región, ya que este tipo de acciones representan la utilización de los poderes públicos para acabar con la oposición y la legitima disidencia, al buscar desconocer la voluntad de las mayorías y el respeto por las minorías, como elementos principales de los gobiernos democráticos.
Ante esto debemos estar atentos y unidos, ya que todos conocemos del grave daño que las pretensiones de la instauración de procesos hegemónicos han dejado a lo largo de los años, trayendo consigo un saldo de miseria, naciones destruidas y horrendos crímenes de lesa humanidad.
Ante esto los demócratas de todo el mundo debemos unirnos para exhortar a rechazar abiertamente este tipo de acciones que atenta contra los valores de la participación ciudadana, libre, democrática y afecta también la estabilidad del resto de la región.
No hay que escatimaar los esfuerzos necesarios para la apertura de un diálogo que permita la representación de los distintos factores involucrados y re-establecer la condición de los 28 Diputados.
Que la lucha y el espíritu democrático de la mayoría de los pueblos hermanos siempre debe prevalecer sobre las pretensiones de unos pocos que pretenden permanecer en el poder secuestrando libertades y haciendo prevalecer sus intereses en perjuicio de sus pueblos.
Así mismo, destacar desde aquí nuestro apoyo a todo el pueblo Nicaragüense en especial a los 28 diputados legítimamente electos
José Leonardo Caldera
Dirigente Juvenil de la JDS