Un grupo de dirigentes nacionales del Movimiento al Socialismo, nos autodenominábamos ” la ruta del sur”, porque todos vivíamos entre Los Rosales, Santa Monica, Chaguaramos, El Valle y Coche. La mayoría ya fallecidos, lamentablemente. Acostumbrábamos encontrarnos al salir a de las reuniones de la Dirección. Nos veíamos en el bar de Rodriguez -al apellido del dueño-en Santa Monica, para intercambiar ideas acompañadas de unos tragos.
Un sábado del año setenta y ocho llegamos primeros al encuentro pos reunión Luis Bayardo Sardí, Anselmo Natale y yo; mientras esperábamos al resto de los contertulios Argelia Laya, Víctor Hugo D’Paola, Mayita Acosta y J A Rodriguez Rauseo (mejor conocido como el gordo RR ) Bayardo nos relató que había conversado con García Márquez, quien estaba de paso por Caracas, con la misión de conseguir ayuda para los sandinistas en su lucha por derrocar la dictadura de Somoza , con ese propósito se había reunido con Carlos Andrés Pérez. Los resultados de esa gestión arrojaron resultados positivos.
Unos meses después (julio del 79) es derrocada la dictadura y asume el gobierno el Frente Sandinista. Las tres tendencias en las cuales estaba dividido el frente logran unificarse ese mismo año y la unidad alcanzada, constituyó un factor decisivo en la victoria, como ha sucedido también con otras experiencias; para citar una, en nuestro país, la Junta Patriótica se constituyó a mediados del año cincuenta y siete.
En paralelo al triunfo Sandinista se celebraron en Venezuela elecciones de concejales separadas de las nacionales y la izquierda de ese tiempo concurrió unitariamente al proceso, por la Liga Socialista de Caracas participó en las discusiones para elaborar la plancha Nicolás Maduro, a nosotros nos correspondió representar al MAS en ese complejo procedimiento. La unidad obtuvo un número importante de concejales entre ellos resultamos electo por el Distrito Federal Aristóbulo Istúriz (MEP) y este relator.
La fractura de la izquierda provenía de la década anterior cuando comenzó un proceso de rectificación con la conducta que se había asumido, se inició una profunda reflexión y se produjo la ruptura entre una posición renovadora que asumía la democracia como proyecto, una visión moderna y anti dogmática por una parte; por otra quienes se negaban a rectificar y permanecían aferrados a los viejos dogmas del marxismo-leninismo. El MAS – de ese tiempo-fue precursor y baluarte de la transformación. La Liga Socialista -organización a la que pertenecía Nicolás- se negaba a enmendar los errores, proclamando su condición marxista-leninista. Seguían prisioneros de la vieja cultura ideológica que evidenciaba su fracaso en los países de Europa del este y en todos donde se intentó implantar como modelo.
La revolución Sandinista -desde sus inicios- estuvo muy influenciada por los dirigentes cubanos y por la concepción stalinista de los viejos partidos comunistas. Por ello se produce, en el tiempo, una separación de los sectores democráticos del FSLN, con el grupo de Ortega. Sergio Ramírez lo describe magistralmente en su libro: Adiós muchachos.
Hoy Daniel Ortega preside el gobierno de Nicaragua y Nicolás es Presidente de Venezuela ¡Quién lo podía imaginar! Ambos han desconocido el organismo democrático por excelencia, como lo es el poder legislativo. Tanto Ortega como Maduro encabezan regímenes autoritarios y califican de traidores las voces disidentes. Los dos provienen de una misma escuela. Practican una misma religión. Se asemejan en la retórica y la fraseología. A veces los paralelismos no suelen ser casualidades. Teodoro diría de ambos personajes pertenecen a la ” izquierda borbónica ” porque “ni olvidan ni aprenden”.