Los apasionados de los fenómenos estelares no deberían perderse este año la lluvia de estrellas de las Perseidas. Este ballet de estrellas fugaces se proyecta como especialmente espectacular en la noche del jueves al viernes en el Hemisferio Norte, siempre que las nubes no se inviten a la fiesta.
“Algunos años son mejores que otros y después, hay años excepcionales como éste”, explicó a la AFP Mark Bailey del Observatorio de Armagh en Irlanda del Norte.
El viernes, a las 01H30 de París (cerca de las 23H30 GMT del jueves), entre 200 y 300 estrellas fugaces atravesarán el cielo en una hora, según el astrónomo. El año pasado se registraron entre 100 y 120 meteoritos por hora.
Este espectáculo sublime, que sobre todo será visible en el Hemisferio Norte, se produce todos los años entre mediados de julio y mediados de agosto cuando las partículas del cometa Swift-Tuttle cruzan la órbita terrestre.
El fenómeno dura casi dos semanas, que es el tiempo que tarda la Tierra en atravesar la nube, pero su intensidad varía cada noche.
Al entrar en nuestro mundo, los pequeños restos de cometa se estrellan con las moléculas de la atmósfera. Este choque, extremadamente violento, genera luces. Cada partícula se transforma en una “estrella”.
Pero como la órbita del cometa varía ligeramente cada año, la Tierra no se encuentra siempre con la misma parte de la nube, que tiene más de un millón de kilómetros de largo.
A lo largo de la nube, algunas partes son más densas. Éstas se producen cuando el cometa pasa más cerca del Sol. Este año, la Tierra se encontrará al mismo tiempo con tres de estas capas, que se formaron en 1862, 1737 y 1479.
Este fenómeno no volverá a producirse hasta 2028, según los astrónomos que proyectan que habrá un gran espectáculo en la bóveda celeste.
– Una silla de playa y un vaso de vino –
“Esta erupción, como la denominamos (…) no dura mucho”, precisa Mark Bailey. “Podría durar entre una y dos horas”, indicó.
“Los meteoritos que se verán este año son polvo desprendido del cometa hace cientos, quizás miles de años”, explicó en un comunicado Bill Cooke, especialista de la NASA en estos fragmentos.
“Han recorrido miles de millones de kilómetros antes de hacerse un ‘hara kiri’ en la atmósfera terrestre”, agregó.
Para el planeta no hay ningún riesgo. La principal inquietud de los astrónomos es el clima, ya que se teme que en Europa haya un cielo nuboso en la noche del jueves al viernes.
Otro obstáculo es la luminosidad de la luna, que hace más difícil la observación.
“Hay que observar el cielo cuando la luna esté acostada”, el jueves hacia las 23H30 GMT, explicó Bailey.
Para poder aprovechar al máximo la experiencia, el astrónomo aconseja a los aficionados estar lo más lejos posible de la contaminación lumínica de las ciudades. Lo bueno es que no se necesitará ningún equipamiento especial.
“Abríguense bien, siéntense en una silla de playa, por qué no con un vaso de vino en la mano”, aconseja Bailey. “Después deje por un tiempo que sus ojos se familiaricen con la oscuridad, eso es importante”, indicó.
AFP