La policía militar en Río de Janeiro aumentó la seguridad después de que un autobús que llevaba a periodistas al principal recinto olímpico recibiera el impacto de varios proyectiles, según dijo el miércoles el comité organizador de los Juegos.
Aunque las autoridades dijeron que en un primer momento no estaba claro qué había alcanzado al autobús, una capitán retirada de la Fuerza Aérea estadounidense, que ahora escribe sobre baloncesto femenino, dijo estar segura de que fueron disparos.
Lee Michaelson, que viajaba en el autobús el martes, dijo que se había tirado al suelo de forma instintiva al oír el ruido de disparos y que había “gritado a los demás ‘¡Al suelo! ¡Al suelo! Nos están disparando”’, según declaraciones citadas por la Britain’s Press Association.
“Sé cómo suena un arma”, dijo. “Fue el sonido antes de que viera los cristales (rotos) ni nada”, añadió.
El conductor del vehículo dijo haber oído un ruido dentro del autobús, que creía que era equipo de fotografía al caerse, indicó el comité organizador de Río.
Cuando comprobó su espejo retrovisor, vio a los periodistas tumbados sobre el suelo. Vio un auto policial y se detuvo.
“En ese momento, se dio cuenta de que dos ventanas en el mismo lado del autobús estaban rotas”, indicó el comité en un comunicado. “Retomó la ruta escoltado por el auto de policía y las ventanas rotas empezaron a resquebrajarse más”.
Michaelson dijo que tanto el conductor como los organizadores olímpicos habían cometido errores. El conductor redujo la velocidad y se detuvo, lo que, afirmó, es “precisamente lo contrario de lo que debería haber hecho, que era acelerar y pisar a fondo”.
Cuando regresaron a la villa olímpica, explicó Michaelson, no había asistencia médica esperando pese a que algunos pasajeros estaban heridos y sangraban.
Una docena de periodistas del autobús sufrieron heridas leves.
“Hubo como un pequeño estallido y algo golpeó dos ventanas en el lateral del autobús y dejó dos agujeros, que parecían agujeros de bala”, dijo a AP David Davies, fotógrafo de la agencia británica Press Association.
El autobús viajaba de las sedes norteñas de Deodoro a la principal villa olímpica, en el barrio de Barra da Tijuca.
El suceso plantea más preocupaciones sobre la seguridad en los juegos.
Río ha desplegado a 85.000 soldados y policías para proteger los juegos, el doble de los que movilizó Londres hace cuatro años.
El sábado, una bala perdida atravesó el techo de una carpa de medios en el Centro Ecuestre. El disparo procedía de una favela en la ladera, según las autoridades, que señalaron que el objetivo no eran los Juegos. Los organizadores dijeron que el blanco era probablemente una cámara de seguridad en un dirigible.