Hasta las selfies olímpicas son complicadas para las Coreas

Hasta las selfies olímpicas son complicadas para las Coreas

Hong Un Jong (Corea del Norte, izquierda) y Lee Eun-ju (Corea del Sur, derecha) se toman un selfie juntas durante los entrenamientos de Río. DYLAN MARTINEZ REUTERS
Hong Un Jong (Corea del Norte, izquierda) y Lee Eun-ju (Corea del Sur, derecha) se toman un selfie juntas durante los entrenamientos de Río. DYLAN MARTINEZ REUTERS

 

Nada es nunca fácil para las dos Coreas, incluso la más omnipresente e inocente de las interacciones olímpicas, la selfie.

Como docenas de atletas en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, las gimnastas Hong Un Jong, de Corea del Norte, y Lee Eun-ju, de Corea del Sur, coincidieron en los entrenamientos y la competición.





Lee, quien a sus 17 años disputa sus primeros Juegos, publicó el pasado jueves una sonriente selfie con Hong, una veterana de 27 años. Este y otros amistosos encuentros entre las dos gimnastas fueron capturados por periodistas, e inmediatamente adquirieron un gran significado para dos países que técnicamente siguen en guerra.

Este tipo de actos no son ilegales en Corea del Sur, pero son complicados por el largo historial de hostilidades y derramamiento de sangre.

Hong se convirtió en la primera gimnasta norcoreana en colgarse el oro en 2008, cuando Lee tenía 9 años y vivía en su Japón natal. Lee se mudó a Corea del Sur en 2013 porque su padre, coreano, quería que aprendiese más sobre la cultura de su país.

Días después de la selfie, Lee y Hong volvieron a toparse el domingo durante la clasificación. Lee quedó eliminada y Hong competirá en la final de salto.

El presidente del COI, Thomas Bach, describió la fotografía como un “gran gesto”.

“Afortunadamente, vemos bastantes gestos de estos aquí durante los Juegos Olímpicos”, dijo Bach el martes.

Las imágenes de su cálido encuentro encantaron a muchos surcoreanos y proporcionaron una rara nota de concordia en las pésimas relaciones entre los dos países vecinos y rivales. No estuvo claro si la instantánea se difundió en el Norte, un estado autoritario con una escasa libertad de prensa y donde el acceso a medios extranjeros suele estar bloqueado.

La península coreana sigue técnicamente en guerra porque la guerra de Corea (1950-1953) no terminó con un tratado de paz. Casi 30.000 soldados estadounidenses están desplegados en Corea del Sur como medida disuasoria hacia Pyongyang, y las dos naciones suelen intercambiar insultos y amenazas de guerra, incluyendo las últimas desde el Norte sobre ataques con misiles a Seúl y su aliado Washington.

El Ministerio de Unificación surcoreano dijo que sus atletas que acuden a competiciones internacionales como los Juegos Olímpicos no tienen que presentar informes sobre sus encuentros con ciudadanos norcoreanos porque es obvio que su propósito al acudir a estas citas no es reunirse con sus rivales.

Por FOSTER KLUG, Associated Press