Los efectivos de la Policía del estado Bolívar adscritos a la Comisaría Simón Bolívar están relacionados con un caso de extorsión que investiga el Grupo Antiextorsión y Secuestro (GAES). La opacidad continúa, pese a que este lunes se difundió un video donde se ve a los policías disparándole al vehículo del GAES, causándoles daños a un vidrio y a uno de los cauchos, publica Correo del Caroní.
Por Pableysa Ostos
No fue sino hasta este lunes cuando se difundió el video en el que funcionarios de la Policía del estado Bolívar adscritos a la Comisaría Simón Bolívar se enfrentan a tiros con funcionarios del Grupo Antiextorsión y Secuestro (GAES) para evitar que se lleven detenidos a tres de sus hombres acusados de extorsión.
Así va el caso que ocurrió el pasado martes, cuando la confusión estuvo presente en el CCP. En el video se ve a los policías disparándole al vehículo del GAES, rompiendo un vidrio y espichando uno de los cauchos.
Desde la Policía del estado Bolívar (PEB) adscritos al Centro de Coordinación Policial (CCP) Simón Bolívar, la respuesta sobre el caso sigue siendo la misma: ninguna. Solo el silencio. Mientras que el comandante del Grupo de Antiextorsión y Secuestro (GAES), Orlando Bermúdez, sostiene que están a la espera de las órdenes de captura.
En el caso hay cinco uniformados implicados. Los policías, en un punto de control, retuvieron la moto de la víctima por carencia de documentos y le exigían un monto de 200 mil bolívares para devolvérsela.
El dueño del vehículo canceló primero 40 mil bolívares y para lo restante (160 mil) formuló la denuncia ante el GAES. En compañía de un fiscal acompañaron al denunciante para hacer la cancelación del dinero deteniendo en flagrancia a los policías. Pero terminaron siendo rescatados por sus compañeros.
Desde el pasado martes se han estado tramitando las órdenes de captura contra los implicados, pero hasta ahora no han sido emitidas por el Ministerio Público.
Pero la semana pasada no cerró solo con esa noticia relacionada con la PEB. El miércoles, un motín en la comisaría de Guaiparo (el segundo en menos de dos meses) dejó un policía y un preso muertos. El hecho reveló la ausencia de controles en el centro policial y las flaquezas del cuerpo de seguridad para controlar la delincuencia.