La policía brasileña anunció este domingo que confiscó los pasaportes de tres funcionarios del Comité Olímpico Irlandés (OCI) acusados de estar involucrados en una red de reventa ilegal de entradas para los Juegos de Río.
AFP
La policía registró en la mañana las oficinas del OCI en la Villa de los Atletas de Rio de Janeiro y se incautó también de teléfonos celulares y ordenadores, dijeron funcionarios irlandeses.
Los oficiales confiscaron los pasaportes de Kevin Kilty, Dermot Henihen y Stephen Martin, dijo la policía en un comunicado.
“Durante la operación, la policía civil se incautó de los pasaportes de tres irlandeses, impidiéndoles abandonar el país”, sostuvo. “Según la evidencia recolectada hasta ahora, Kevin, Dermot y Stephen también estuvieron involucrados en la reventa ilegal de entradas”.
Un comunicado del OCI dijo que la policía también confiscó boletos sin utilizar que estaban en manos de los funcionarios irlandeses y que estaban destinados a “familias y amigos de los atletas”.
Los tres “han sido citados el martes a una comisaría de policía para ser interrogados”, precisó el organismo.
La operación policial del domingo es consecuencia de una serie de detenciones y órdenes de arresto llevadas a cabo en los últimos días.
El presidente del OCI, Patrick Hickey, de 71 años, fue detenido el pasado miércoles por su presunta pertenencia a una red que revendía ilegalmente entradas para los Juegos de Rio por un precio muy superior al valor original.
Hickey, que también es presidente de los Comités Olímpicos Europeos, está encarcelado en una prisión de alta seguridad y debería declarar ante un juez el próximo martes, según avanzó este domingo el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Thomas Bach.
La policía acusa a los sospechosos de montar un esquema para embolsarse unos tres millones de dólares con la reventa de entradas. Por ejemplo, por boletos para la ceremonia de inauguración que costaban 1.400 dólares, la red los revendía por 8.000.
En total la policía ha confiscado 781 entradas.
Hickey renunció a todos sus cargos “temporalmente” al día siguiente de ser detenido y Bach reclamó para él la “presunción de inocencia”, aunque este escándalo amenaza con ensuciar la imagen del COI, que en el pasado ya se vio afectado por casos de corrupción.