El nadador estadounidense Ryan Lochte asumió toda la responsabilidad por destrozar un baño en una gasolinera y luego inventar una historia a la policía brasileña durante los Juegos Olímpicos de Río-2016, según extractos de una entrevista divulgados el sábado.
AFP
“Asumo toda la responsabilidad”, subrayó Lochte al canal NBC, que divulgará este mismo sábado la entrevista completa.
El episodio, que ha avergonzado a la superpotencia deportiva de Estados Unidos, vio a Lochte y a otros tres nadadores medallistas de oro envueltos en una polémica después de que dio un impactante y falso testimonio, al decir que habían sido asaltados a punta de pistola.
“Es por eso que soy plenamente responsable de ello, fue demasiado exagerada la historia; si nunca hubiera hecho eso, no estaríamos en este lío (problema)”, señaló Lochte.
Lochte ya se había disculpado el viernes pero desencadenó una tormenta de controversias después de que él dijo que los nadadores fueron agredidos por ladrones, que se hacían pasar por policías, mientras que regresaban de una fiesta esa noche.
El nadador admitió la culpa sólo después de que la policía declaró la historia falsa, diciendo que los cuatro habían sido detenidos únicamente por la seguridad y fueron obligados a pagar una indemnización por vandalismo en un baño de una estación de gasolina estando ebrios.
El miércoles un juez ordenó en Río confiscar los pasaportes de los atletas por lo que no podían salir del país.
A pesar de que Lochte ya se había ido, los otros tres -Gunnar Bentz, Jack Conger y Jimmy Feigen-, quedaron en el país sudamericano, donde estuvieron detenidos en una comisaría.
Cuando se le preguntó cómo se sentía estar en casa mientras sus compañeros fueron detenidos, Lochtedijo: “Dejé a mi equipo atrás. Y, ya sabes, yo quería estar allí, no quiero que piensen que me fui. Porque son mis compañeros de equipo”.
El jueves, la policía divulgó las grabación del circuito de seguridad y otras pruebas sobre los hechos ocurridos en la estación de servicio.
Los atletas, que parecían intoxicados, se detuvieron en un taxi en la gasolinera para ir al baño en la madrugada.
Lochte y los otros vandalizaron un área cerca del baño y, según el gerente, orinaron en las paredes.
En Estados Unidos, Lochte fu blanco de duro escarnio, con los medios y comentarios de internet mordaces.