Jóvenes turistas, borrachos o drogados, son los protagonistas del balconing en España

Jóvenes turistas, borrachos o drogados, son los protagonistas del balconing en España

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Son jóvenes turistas, usualmente ingleses borrachos o drogados, que arriesgan la vida al saltar de un balcón de su hotel a la piscina: la imprudencia conocida como “balconing” ha sido objeto de un estudio en la isla de Mallorca, en el archipiélago español de Baleares.





“En Baleares es un fenómeno endémico”, señaló a la AFP Xavier González, jefe de la unidad de cirugía del Hospital Universitario Son Espases en Palma, la capital de Mallorca.

Los médicos del centro especializado en traumatismos decidieron estudiar el fenómeno, ante la magnitud que ha cobrado en las islas Baleares (Mar Mediterráneo, este).

“Parece que en Mallorca (…) es como un rito de iniciación de algunos turistas, incluso los padres ya vinieron aquí cuando eran jóvenes”, indica González.

El estudio, con datos recabados entre 2010 y 2015, incluyó a pacientes que fueron tratados en el hospital, sin incluir a las personas que murieron cuando practicaban el “balconing”, como se llama a la práctica del arriesgado salto a la piscina desde el balcón del hotel o apartamento o el tratar de alcanzar un balcón desde otro.

El hospital recibió a 46 pacientes durante esos años. De ellos, más del 60% eran británicos, seguidos de alemanes y españoles, según el estudio.

Con excepción de una mujer, todos fueron hombres, de 24 años en promedio. Prácticamente todos habían consumido alcohol y en 40% de los casos, también algún tipo de droga.

En general, la caída fue de unos ocho metros.

En conjunto, el fenómeno ha generado 1,5 millones de euros (1.7 millones de dólares) en gastos hospitalarios, según González, ya que algunos pacientes permanecen largo tiempo en cuidados intensivos y pueden terminar con paraplejia.

No hay cifras oficiales de personas muertas haciendo el salto del balcón, pero la prensa española ha reportado más de una docena de fallecimientos en el último lustro.

– Folletos y multas –

El fenómeno también se ha registrado en la Costa Brava, en el noreste de España, pero es prevalente en el archipiélago de Baleares, que acoge cada año a millones de turistas, un gran número de ellos británicos y alemanes.

Bulgaria también ha sido escenario del “balconing”.

En un intento por frenar la temeraria actividad, las autoridades de las Baleares han tomado una serie de medidas, como la impresión y divulgación de panfletos informativos o la aplicación de multas a personas que sean vistas tratando de saltar entre balcones.

“Los hoteleros, como precaución, cuando ven llegar a la gente joven en grupos, ya no los ponen en el último piso, los ponen en la planta baja porque nadie sabe cómo va a acabar esta gente por la noche”, explica González.

De su lado, Gran Bretaña también ha hecho esfuerzos por advertir a sus ciudadanos de los peligros de lanzarse desde los balcones.

En 2012, el ministerio británico de Exteriores publicó folletos llamados “El alcohol y los balcones no deben mezclarse”, en el que usó el testimonio de un joven de Liverpool llamado Jake Evans, que un año antes había sobrevivido a una caída de un séptimo piso en la localidad mallorquina de Magaluf.

“Me golpeé con cada uno de los balcones mientras caía”, recordó Evans. “Aterricé en una tumbona que amortiguó el golpe y probablemente salvó mi vida”, indicó.

“Me fracturé el cráneo, me rompí los dos dientes delanteros que perforaron mi labio superior, me partí la muñeca derecha y todos los dedos de mi mano derecha”, enumeró.

“El accidente me cambió la vida”, reconoció. “Tengo problemas recurrentes en la espalda y en la muñeca derecha y los médicos me han dicho que probablemente los tenga toda la vida”, agregó.

por Marianne BARRIAUX/AFP