El presidente interino de Brasil, Michel Temer, recibió hoy la antorcha que presidirá los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro, mientras los senadores definen a contrarreloj el destino político de la mandataria suspendida, Dilma Roussef.
EFE
Temer elogió el “éxito” de los Juegos Olímpicos, que concluyeron el pasado 21 de agosto, y se mostró convencido de la notoriedad que tendrán los Paralímpicos, que se inician el próximo 7 de septiembre en Río de Janeiro.
“Río pasó a ser capital del mundo y el mundo entero se quitó el sombrero. Somos capaces de organizar un evento que ganó un aplauso internacional”, señaló el jefe de Estado interino, quien sujetó la llama junto con el deportista brasileño Yohansson do Nascimento.
Nascimento, quien nació sin las dos manos, representó a Brasil por primera vez en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008, donde ganó la plata en relevos 4×100 y un bronce en 200 metros lisos, pero su momento de gloria llegó en Londres 2012, donde se llevó el oro.
El deportista se mostró satisfecho con el aumento de la demanda de entradas para la competición, que en los últimos cuatro días ha llegado a los 300.000 billetes vendidos, y con la motivación del equipo brasileño de cara a la cita deportiva.
“Los atletas están entrenando mucho. Nuestra meta es ambiciosa, esperamos estar entre las cinco mayores potencias del mundo”, declaró.
La ceremonia de recepción de la antorcha paralímpica tuvo lugar en el palacio presidencial de Planalto, situado a tan sólo pocos metros del Parlamento, donde los legisladores comenzaron hoy la última fase del proceso de destitución que puede apartar del cargo a Rousseff, suspendida desde el pasado 12 de mayo.
Días antes de ser apartada de la presidencia, la mandataria recibió en el mismo palacio la antorcha de los Juegos Olímpicos, una evento que Rousseff vigiló de cerca desde que llegó al poder, en 2011, pero del que fue desplazada una vez que fue sustituida por el que fuera su vicepresidente.
Temer, en calidad de presidente interino, encabezó la ceremonia de inauguración de los Juegos, el pasado 5 de agosto, donde recibió abucheos por parte de algunos de los asistentes, lo que le disuadió a la hora de participar en el acto de clausura.
El presidente, no obstante, confirmó que estará presente en la inauguración de los Juegos Paralímpicos, independientemente de la decisión que tome el Senado, que se inclina por la destitución de Rousseff.
Los senadores iniciaron este jueves el último capítulo del juicio, contra la mandataria, el cual se arrastra desde el pasado diciembre y está previsto que concluya a mediados de la próxima semana.