El gobierno continúa actuando de manera errada e ilegal aprobando aumentos de sueldos que no puede pagar, desacatando y burlándose de decisiones de los tribunales que ordenan excarcelar detenidos, reteniendo a periodistas que hacen su trabajo, y para rematar no envía recursos a los poderes públicos que no le son afectos; sin pensar que en ellos, también trabajan empleados que sentían empatía con el ex presidente Hugo Chávez.
Lo peor es que todas estas locuras las hacen cuando van en picada, con el país en su más crítica crisis económica, política y social, y con una comunidad internacional que tiene los ojos puestos en Venezuela.
A esta revolución le encantan los controles económicos, pero detestan el mercado, porque en él los precios no los fija una persona, sino que son el resultado de las interacciones entre productores, comerciantes y consumidores.
El gobierno tiene esperanzas en que el petróleo suba. La pregunta que hay que hacerse es: ¿Qué pasaría si existiese un ente o autoridad que pudiera impedir esa subida alegando que el precio justo no debe exceder los 40 dólares?
Por otro lado, luego de haber escuchado a Nicolás Maduro decir que la reapertura de la frontera -que ellos mismos cerraron- fue todo un éxito, no me queda otra cosa que recomendarle que pruebe abriendo la economía que también este gobierno cerró y verán, que en el corto plazo, quedarán sorprendidos de ver cómo en un marco de libertad económica, bajo las normas del mercado, sin controles gubernamentales, y con respeto a las inversiones, la producción fluirá de manera ordenada y eficiente.
Escuchar a los voceros del gobierno decir que en Venezuela la pobreza sería mayor si no hubiera gobernado el chavismo, es una estupidez que no logra ocultar el hecho de que en la revolución aumentó la pobreza, al punto que el Instituto Nacional de Estadística -luego de un año de silencio- reconoce que esta va en aumento.
Todo esto ha llevado al incremento en las cifras de desnutrición, afectando a nuestros infantes, quienes lamentablemente son los más perjudicados por la ineptitud de un gobierno de sinvergüenzas despiadados.
Pareciera que dentro de los distintos organismos aduladores del régimen, tuvieran una competencia a ver quien dice las cosas más increíbles, que van desde una Canciller que dice que en Venezuela hay comida para alimentar a tres países, hasta una SUNDDE que promete acabar con la “Cesta Petare”, entre las múltiples barbaridades que demuestran que no aprenden, como cuando dijeron que acabarían con Dólar Today. Además que la ceguera ideológica no los deja ver que no se trata de la “Cesta Petare”, sino que existe la “Cesta Cumaná”, la “Cesta Tucupita”, y así sucesivamente en todos los estados del país.
En fin, este Socialismo del Siglo XXI terminó en lo mismo que terminaron los del siglo XX: en el más vergonzoso rebusque para sobrevivir.
Definitivamente no hay forma ni manera de que este régimen entienda que para superar esta terrible crisis humanitaria, debemos cambiar este modelo económico fracasado por uno de libertades que respete la propiedad, el capital e iniciativa privada, para que desate las fuerzas productivas del empresariado venezolano y extranjero.
Dip. Omar Ávila
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