Los expertos empezarán el lunes a evaluar la viabilidad de las escuelas en la zona golpeada por el sismo que dejó casi 300 muertos en el centro de Italia, mientras que el gobierno busca soluciones para reubicar rápidamente a los afectados, reseñó AFP.
“Debemos dar inmediatamente a aquellos que han sobrevivido a esta tragedia una señal de esperanza y de vuelta a la normalidad” y la vuelta al colegio, a mitad de septiembre en Italia, sebe ser “la primera señal”, declaró la ministra de Educación, Stefania Giannini.
Las autoridades italianas consideran que uno de los medios para motivar a las poblaciones locales para quedarse en las zonas siniestradas es, justamente, que sus hijos puedan seguir yendo al colegio con normalidad en la zona.
Detectar rápidamente las escuelas susceptibles de ser rehabilitadas, desplazar a los alumnos de los centros destruidos o peligrosos a otros que quedaron intactos o construir clases prefabricadas son algunas de las opciones que baraja el gobierno.
El miércoles se celebrará una reunión en presencia de la ministra en Amatrice, la localidad más afectada, con más de 230 muertos, para coordinar una vuelta a las aulas lo más normal posible.
Al margen de un solemne funeral celebrado el sábado en Ascoli Piceno (centro), el alcalde de la ciudad, Guido Castelli, reiteró el compromiso del jefe de gobierno, Matteo Renzi, de aportar respuestas concretas a los siniestrados reconstruyendo lo más pronto posible las escuelas, los ayuntamientos y las iglesias.
Pero, para que los niños puedan ir al colegio, hace falta que sus familias puedan seguir viviendo cerca durante los trabajos de reconstrucción.
Las grandes tiendas azules que albergan en la actualidad a unos 2.500 afectados representan una solución provisional pero no podrá prolongarse mucho tiempo, pues el frío arrecia rápidamente en esta región montañosa.
El domingo, Renzi se reunió durante cuatro horas con el célebre arquitecto italiano Renzo Piano, de 78 años, premio Pritzker de arquitectura en 1998 y autor, junto con su equipo, de más de 120 proyectos en varios continentes.
Renzi “quería mis consejos, una visión, una ayuda para un gran proyecto” de reconstrucción y de prevención, declaró Piano al diario La Repubblica.
El arquitecto articula su visión en dos etapas: en primer lugar, pequeñas casas de madera, “edificios ligeros que podrían ser desmontados y reciclados a continuación” y una vuelta progresiva a casas más sólidas a medida que avancen los trabajos.
En una segunda etapa, “un proyecto a largo plazo […], una intervención de una cincuentena de años” para asegurar, respetando la naturaleza y el patrimonio de las localidades de los Apeninos, la cadena montañosa que atraviesa la península italiana y que entraña fuertes riesgos sísmicos.
Según la prensa local, el gobierno pretende que todos los siniestrados hayan abandonado las tiendas en un mes y que todos cuenten con un alojamiento estable en un plazo de cinco meses, antes de comenzar, en primavera, los trabajos para reconstruir las viviendas en su emplazamiento original.
Tras el sismo de L’Alquila, que causó más de 300 muertos en 2009, a unos 50 kilómetros de Amatrice, los pueblos de tiendas permanecieron en pie durante meses.
Sin embargo, ese sismo tuvo lugar en abril y la protección civil tuvo que hacerse cargo de 65.000 siniestrados, muchos de los cuales fueron realojados en nuevos barrios en la periferia de L’Alquila.
En esta zona rural, donde muchas familias vivían de la ganadería y de la venta de leche, unos 2.800 corderos y 3.000 vacas también tuvieron que ser atendidos.
“En Amatrice, el 90% de los establos resultaron dañados con derrumbamientos” en los que muchos animales murieron, lamentó Coldiretti, uno de los principales sindicatos de agricultores de Italia.
Además de la ayuda para acondicionar y reconstruir los edificios destruidos, el sindicato reclama alimentos para el ganado, agua, generadores de electricidad, aparatos para el ordeño y cables electrificados para los corrales.