Si nos ubicamos en los momentos históricos de cada crisis política en los países que han sufrido la espantosa experiencia de ser gobernados por Tiranos, Dictadores y similares, todas sus etapas coinciden. En Venezuela, la nefasta tiranía CastroChavista no se escapa de ello. La diferencia está en la ferocidad con la que cada Tirano y su séquito, manejan el poder y el pueblo al cual tiranizan y someten. De eso depende su duración y el deterioro del país sometido. Todos destruyen la productividad sostenible, hacen al país más dependiente, se basan en el populismo extremo con el discurso constante de que protegen al pueblo, persiguen a muerte a los disidentes, ven golpes de estado en donde lo que hay es protesta cívica, En nuestra historia, el día 23 de Enero de 1958 se materializó el fin de una dictadura militar como resultado del manejo irregular de los recursos y la consecuente corrupción que se daba en ese tiempo. Mano dura con la disidencia, extremo de control sobre los medios de comunicación de la época dieron pie para que el pueblo protestara y la policía se desmoralizara bajando su actividad represiva frente a las protestas.
En los días previos a la anunciada Toma de Caracas, pautada para el 1 de Septiembre, la Tiranía que ostenta inescrupulosamente el poder en Venezuela, arremetió contra al menos 300 dirigentes de oposición, haciendo allanamientos, regresando a prisión a quienes tienen medidas humanitarias, tomando por asalto sedes de partidos, el pánico gobiernero a todo vapor. Obviamente y como es costumbre, el esquelético y moribundo partido rojo PSUV convocó su respectiva marcha para hacer el ridículo en la Avenida Bolívar de Caracas, donde un irascible Nicolás Maduro en su también acostumbrado estilo de malandro y ante la escasísima concurrencia no le quedó otra opción que insultar y vociferar sin coherencia. En resumen esos días previos se mostraron excesivamente nerviosos y más disparatados de lo común en sus actuaciones.
La Toma de Caracas fue convocada un mes antes y género gran expectativa en todo el país e internacionalmente se hacían diversos análisis sobre lo esperado de esa nueva convocatoria para exigir ante las 4 tarifadas narcorectoras que conforman la directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE), la fecha de la recolección del 20 % de firmas, siguiente paso requerido para activar en este ano el Referendo Revocatorio sobre el mandato de Maduro, un golpe más en el adolorido cuerpo del CastroChavismo, y dicha convocatoria se dio sin importar los atropellos y agónicos zarpazos del régimen. Fue un gran sacrificio para los Venezolanos que se movilizaron, ya que debieron sortear todos tipo de obstáculos, vías nacionales y túneles cerrados, las acciones más cobardes y vejadoras de la libertad de tránsito, libertad de expresión y violación flagrante, pública y notoria de Derechos Humanos nunca vista se dieron ese día. Con una Guardia Nacional ( G.N ) cómplice y espectadora ante la campante actuación de los colectivos del P.S.U.V (bandas armadas del gobierno) permitiéndoles en sus narices que asaltaran y saquearan las unidades de transporte como le sucedió a los autobuses que llevaban a Caracas a los equipos del partido MIGATO, quienes fueron detenidos en Clarines, estado Anzoátegui y cuando fueron a denunciar a los colectivos en el comando de la Guardia Nacional dejaron retenidos a los denunciantes. Aplaudo dicho esfuerzo por parte de los convocantes y los asistentes pero considero que con tal magnitud de representación opositora, ya que se calcula que más de un millón y medio de manifestantes estuvieron en las calles de Caracas y visto que no les sería fácil a los militares impedir el paso y teniendo como fin único del acto la solicitud de fecha para el mencionado referendo, pudo ser más contundente la oportunidad creada si se hubiera intentado llegar al CNE y ejercer directamente la presión ante la instancia correspondiente, amén de que el anuncio de regresar a las 2 pm lo que a mi modo de ver género cierto desánimo en la población, para después anunciar un cacerolazo en horas de la noche. Esa posición desde mi punto de vista fue muy débil para un narcorégimen que está en la etapa final y requiere golpes certeros y de fina hilada. No hay que dejar espacio ni tiempo que permita o propicie perder la voluntad que nuestro pueblo tiene de construir una Venezuela libre y recuperar todas sus garantías constitucionales.
Este nuevo paso suma voluntades y para continuar ese camino hacia la emancipación ofrezco mi apoyo irrestricto a todas las iniciativas que conduzcan a impulsar y concretar el pronto final de esta barbarie que nos oprime y a sacar de nuestro suelo a los invasores cubanos que mancillan el honor de nuestras otrora honorables Fuerzas Armadas.
Mientras la tiranía agoniza yo los sigo apuntando sin pausa con MI PLUMA Y MI PALABRA
José Gregorio Briceño Torrealba
“El Gato” Briceño.
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