Impresionante y sin precedentes. Así fue la marcha del pasado 1 de septiembre donde apenas una parte de los venezolanos, porque somos muchos más que el millón 100 mil ciudadanos que colmó tres emblemáticas vías de Caracas, se volcó a las calles para exigir de manera pacífica la fecha de los tres días de recolección del 20% para activar el referendo revocatorio contra el ciudadano Presidente Nicolás Maduro.
El glorioso y valiente pueblo de Venezuela dio un paso más hacia el Cambio Ya. Sin miedo, apegados a la Constitución, con fuerza y fe; hombres, mujeres, abuelos y jóvenes, participaron en la Gran Toma de Caracas para demostrarle al Gobierno y al mundo, que es el soberano el que exige sea respetada su voluntad, su deseo; y no los partidos políticos los que piden que Maduro no siga al frente de la presidencia de la República.
Hace ocho días fue ratificada la conducta cívica y constitucional que siempre ha caracterizado al pueblo venezolano; recordemos que aquí los golpistas están ocupando cargos en el gobierno y en el partido oficialista.
Nosotros no creemos en los atajos; nosotros somos demócratas y como tal nos apegamos a lo que dicta la carta magna y las leyes; por eso pedimos revocar a Nicolás Maduro, quien ya cumplió la mitad de su período, requisito indispensable para activar el referendo revocatorio.
Querer poner punto final al hambre, a la inseguridad, a la falta de medicinas, a la inflación que tiene descosido los bolsillos de los venezolanos, en fin, esta crisis humanitaria que vivimos a diario, no es un “plan desestabilizador” como dicen algunos voceros del Gobierno, y del que nos culpan a algunos dirigentes políticos, que lo único que hemos hecho es acompañar al pueblo en su lucha por la Mejor Venezuela.
Sembrando artefactos explosivos, allanando viviendas, persiguiendo y acosando a los políticos y sus familiares no van a detener el Cambio; porque por un lado, los dirigentes de los partidos no tenemos miedo y no dejaremos de hacer nuestro trabajo de llevar un mensaje de esperanza y fe desde donde nos toque estar; y por el otro lado, porque el pueblo tampoco tiene miedo, ni se deja chantajear a cambio de una bolsa de comida o una tablet.
La salida de Nicolás Maduro, constitucionalmente, claro está, no la detiene nada, ni nadie porque así lo quiere, exige y decidió el soberano; y para muestra, tenemos a la comunidad valiente de Villa Rosa, en el estado Nueva Esparta. A punta del tac, tac, tac, tac, de las cacerolas vacías, el pasado viernes 2 de septiembre le dejaron claro al señor Presidente de la República que los fulanos 15 motores, los generales comida, entre otras “estrategias”, no han sacado al país de la crisis en la que generaron estos últimos 17 años.
La batalla continua, por mi parte, ratifico el compromiso que tengo de trabajar sin descanso por la Mejor Venezuela y el Mejor Zulia. No me quebrarán, ni me doblegarán con todas esas marramucias que han inventado con la ilusa creencia de que me harán desistir en la lucha. Yo sigo firme y voy hacia adelante porque estamos del lado correcto de la historia.
Al glorioso y bravo pueblo de Venezuela, vaya mi reconocimiento por su firmeza, por su valentía y por su fuerza; seguiremos unidos exigiendo la fecha del 20% porque el destino del país no lo deciden tres comadres; sino millones de hombres y mujeres que gritan por los cuatro vientos: Cambio Ya. La lucha y batalla democrática continúa.
@LesterToledo