Los narcosobrinos traficaban buena cocaína, declaró un informante

Los narcosobrinos traficaban buena cocaína, declaró un informante

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Un informante de la DEA testificó el viernes que los sobrinos de la primera dama venezolana, acusados de asociación delictiva para traficar cocaína a Estados Unidos, le dijeron que siempre trabajaban con cocaína de buena calidad porque no querían problemas en el negocio.

“Esa cocaína era puro aceite”, declaró el informante, identificado tan sólo como CS1 en una audiencia en la corte federal de Manhattan. El informante se refería a un kilogramo de cocaína de buena calidad que supuestamente uno de los sobrinos, Efraín Campo Flores, llevó a una reunión en Caracas con el informante.

La credibilidad de CS1, de 55 años, sin embargo, ha sido puesta en entredicho estos días, debido a las mentiras que ha admitido dijo a la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).

Durante la audiencia de seis horas que se llevó a cabo en la corte, el informante admitió que la fiscalía que acusa a los sobrinos le expresó sentir tremendo malestar el viernes, tras enterarse de que CS1 contrató a prostitutas en Caracas y omitió información importante a la DEA sobre sus reuniones encubiertas con los sobrinos.

Las mentiras de los informantes como CS1 y su hijo CS2, ambos presos en la actualidad tras declararse culpables de tráfico de drogas y de mentir a la DEA, amenazan con perjudicar el caso que el gobierno estadounidense tiene contra los sobrinos Campo y Franqui Francisco Flores de Freitas.

Ambos se han declarado inocentes ante cargos de asociación delictiva para importar 800 kilogramos de cocaína a Estados Unidos. Campo, de 29 años, y Flores, de 30, se encuentran detenidos en Nueva York desde noviembre.

La audiencia del viernes y otra que se celebró el día anterior servirán para decidir qué pruebas serán admitidas en un juicio posterior.

CS1 admitió haber traficado droga durante años y haberla consumido también. Su hijo, de 34 años, es el informante CS2 en el caso. Ambos dijeron que se reunieron con los sobrinos tres veces en Venezuela el año pasado para hablar sobre operaciones de narcotráfico.

Los informantes, quienes testificaron vestidos con un uniforme azul oscuro de presos, hablaron en español y se comunicaron con los fiscales y abogados de los sobrinos a través de intérpretes. Los sobrinos de la primera dama venezolana han acudido a las audiencias llevando el mismo uniforme azul de manga corta y han actuado de forma tranquila.

El viernes, CS1 admitió que los fiscales se enfadaron con él durante una pausa en la audiencia tras descubrir que el informante había declarado estar con prostitutas en dos ocasiones en Caracas y que permitió que un amigo de CS2 estuviera presente en las reuniones con los sobrinos en Venezuela.

CS1 llegó a decir que, debido a sus mentiras, los fiscales revisarán el acuerdo que mantienen con él para que éste logre una sentencia más leve en su caso. El acuerdo se firmó porque CS1 accedió a testificar en la corte contra los sobrinos.

El informante dijo que engañó al gobierno estadounidense desde el 2012 al 2016 al importar drogas a Estados Unidos incluso cuando trabajaba como informante para la DEA. Testificó que la DEA le pagó unos 750.000 dólares desde el 2003. CS1 dijo que ganó entre 250.000 y 300.000 dólares al actuar como informante para otros departamentos de policía en Latinoamérica.

Tanto CS1 como CS2 dijeron que mantuvieron sus reuniones con los sobrinos en un edificio del que Campo dijo ser dueño. Explicaron cómo las grabaron y dieron detalles de salidas con los sobrinos a discotecas en automóviles con guardaespaldas y de cómo tuvieron un trato deferente en los clubes. CS1 se hacía pasar en las reuniones como un traficante de cartel de Sinaloa, dijo.

En un momento dado, CS2 dijo que Flores pagó por prostitutas para ellos. Los informantes también dijeron que la DEA les pidió que mencionaran a Estados Unidos a menudo en sus reuniones con los sobrinos.

La defensa de los sobrinos intenta establecer que éstos no tenían experiencia como traficantes y que fueron coaccionados a traficar la droga.

CS1 también describió su reunión con los sobrinos el 10 de noviembre del 2015 en un hotel de Haití, justo antes de que éstos fueran arrestados allí. Dijo que les explicó, antes del arresto, que se iba a encontrar con un amigo suyo que les pagaría 20 millones de dólares a cambio de recibir una tonelada de cocaína. Con el dinero, los sobrinos podrían financiar la campaña electoral de la primera dama al Congreso venezolano, dijo CS1.

“Ese sería el primer trabajo (con los sobrinos)”, señaló el informante.

El agente de la DEA Robert Zachariasiewicz testificó por la mañana y dijo que se reunió con el ministro de Justicia de Haití antes del arresto de los sobrinos para avisarle de las conexiones de éstos a la primera dama venezolana. Zachariasiewicz dijo que debido a la “extrema presión” que Venezuela hace en estas situaciones el agente quería avisar al ministro haitiano de las “posibles implicaciones políticas”.

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Por CLAUDIA TORRENS, Associated Press
@ClaudiaTorrens

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