El Gobierno de Argentina apuesta a una conferencia que reunirá entre el martes y el jueves a cerca de 2.000 líderes empresarios para atraer las inversiones que necesita para poner en marcha una economía en recesión y con una elevada tasa de inflación. Reuters
Mauricio Macri asumió la presidencia en diciembre del año pasado con la promesa de que su programa de políticas liberales atraería una ola de inversiones, luego de 12 años de un Gobierno de centroizquierda que alejó a los capitales extranjeros.
Sin embargo, distintas empresas han preferido esperar a ver señales más claras de que Macri puede estabilizar la fluctuante economía de Argentina antes de sumergirse en el prometedor aunque convulsionado mercado de la nación austral.
El trabajo de los próximos días de Macri será justamente convencerlos de eso.
“Están en el momento justo en el momento perfecto”, dijo Macri en el discurso de apertura del Foro de Inversión y Negocios de Argentina.
Del encuentro participarán los presidentes ejecutivos de BP, Robert Dudley, del grupo publicitario WPP, Martin Sorrel, de Coca-Cola, Muhtar Kent, y de Archer Daniels Midland, Juan Luciano, entre otros.
Los ejecutivos de estas empresas líderes ya se encuentran en Buenos Aires, donde evaluarán si la segunda economía de Sudamérica se encuentra en un camino de crecimiento sustentable.
Macri ha declarado en reiteradas oportunidades que heredó un Estado con un elevado déficit fiscal y una galopante inflación tras el Gobierno de la líder peronista Cristina Fernández.
De acuerdo con un sondeo del Banco Central de Argentina (BCRA), la inflación en Argentina podría ser de un 41 por ciento en el 2016, aunque se reduciría casi la mitad en el 2017, a 19,8 por ciento.
A su vez, el organismo señaló en su reporte que el Producto Interno Bruto (PIB) retrocedería 1,5 por ciento este año, pero que crecería un 3,2 por ciento el año próximo.
Poco después de asumir, a inicios de diciembre, Macri eliminó controles al mercado de divisas como también subsidios al consumo energético con el objetivo de reducir el gasto fiscal.
En los primeros meses de su gestión, el empresario volcado a la política logró un acuerdo con tenedores de deuda impaga, resolviendo un conflicto de 15 años y abriendo el camino al país para volver a los mercados internacionales de capitales.
No obstante, conscientes de la histórica inestabilidad económica de Argentina, los inversores no han puesto pies firmes en la nación sudamericana, a la espera de señales de que las políticas “macristas” llegaron para quedarse.
En las elecciones legislativas del próximo año Macri intentará afianzar su proyecto y sumar legisladores en un Congreso en el que no tiene mayoría.
Si llega a lograr este objetivo político, allanaría el camino para aprobar el resto de su agenda ‘pro mercado’, con miras a una potencial reelección en los comicios del 2019.
“Una derrota de la coalición de Macri debilitaría su escudo en el Congreso y arrojaría la imagen de un pato rengo”, dijo Ignacio Labaqui, analista de la consultora Medley Global Advisors.
Desde 1928 ningún Gobierno democrático no peronista ha logrado concluir su mandato en Argentina.