He recibido información que no puedo asegurar sea de buena fuente, pero tampoco rechazarla sin tener la seguridad de que se trata de una pieza más de esas que llaman de ‘desinformación’ para generar confusión. Por lo tanto no me queda otra alternativa que darla a conocer advirtiendo a mis lectores, que aunque aún está lejos el 28 de diciembre puede ser que yo haya caído por inocente.
El caso, según refiere mi informante, tiene muy preocupada a la fiscal general de la república LOD, porque según la información que me llega ha circulado un documento en su dependencia, cuya autoría supuestamente debe corresponder a uno de los tantos fiscales del ministerio público, pero sin que se pueda precisar a quién, ni la máquina que se utilizó.
El documento puede interpretarse de dos maneras: la primera, como una defensa del periodista Braulio Jatar en relación con la acusación de “lavado de dinero”, por haberse supuestamente encontrado en su poder la cantidad de veinte mil dólares “porque la sola posesión de dólares no es prueba del lavado”, menos aun cuando Jatar afirma que ese dinero no le pertenece y le fue “sembrado” como parte de la estrategia para acusarlo, por haber sido él quien difundió la noticia del cacerolazo dado al usurpador en Margarita.
La segunda interpretación es que se trata de un proyecto de acusación por ‘lavado de dinero’ contra el señor Nelson Merentes, nada menos que presidente del BCV, basado en el antecedente Jatar quien a diferencia de éste, cuando el robo de una cantidad importante de dólares en un apartamento suyo en el litoral, no alegó que esos dólares robados y los que aún permanecían en el apartamento le hubieran sido “sembrados”, como invoca Jatar, sino muy por el contrario se atribuyó su propiedad sin que expusiera cuales habían sido los legales y legítimos procedimientos a través de los cuales había accedido a los mismos.
Si la sola posesión de los dólares tipifica el delito llamado “lavado de dinero”, como se pretende sostener en el caso Jatar, pues no habría posibilidad de que Merentes se salvara de la cárcel, a menos que se sostuviera como una de las funciones del BCV la de lavar dinero; y que cuando Merentes lo hace, simplemente está cumpliendo con una de las obligaciones correspondientes a su cargo, lo cual no resulta fácil de explicar. Por lo menos a mí no me resulta fácil de entender, pero no puedo decir lo mismo de LOD.
Caracas, 12 de septiembre de 2016