A mis amigos, Jesús “Chúo” Torrealba, Henry Ramos, Enrique Márquez, Simón Calzadilla, Freddy Guevara, Julio Borges, Leopoldo López, Henrique Capriles, Manuel Rosales, Liborio Guaruya, Henri Falcón, Andrés Velázquez y demás representantes partidistas ante la MUD.
Ante la inminencia de un desconocimiento definitivo por parte del CNE del derecho de los ciudadanos a llamar a un referéndum revocatorio, negando condiciones suficientes para ejercer la recolección del 20% de las firmas, corresponde a la MUD exigirle a la Asamblea Nacional que garantice el disfrute del mismo.
No es ningún exabrupto jurídico que el cuerpo parlamentario tome la decisión de ordenar un inmediato y efectivo proceso de recolección del 20% de las firmas, su validación y la inmediata realización del referéndum este mismo año. El primer deber de un poder público es respetar y garantizar los derechos humanos y la Asamblea Nacional no está exenta de ello. Por el contrario, está obligada.
¿Cómo? Pues designando una Comisión Electoral ad hoc que asuma las funciones correspondientes y empoderando a los ciudadanos para que se organicen y emprendan las acciones al respecto. Todo dentro de los criterios legales respectivos tomando el proceso en el justo punto donde el CNE pretende obstaculizar la recolección de firmas al no garantizar las condiciones suficientes para que la gente ejerza su derecho.
¿Y las máquinas? No son necesarias, las podemos sustituir por un formato de hojas especialmente diseñadas y seriadas para que los ciudadanos puedan firmar.
¿Y si el gobierno sabotea? No podrá hacerlo en los 40 mil puntos que pongamos en todo el país para el ejercer nuestro derecho. Y en los pocos sitios donde el régimen logre activar a sus cuerpos paramilitares para interrumpir este extraordinario ejercicio de democracia, se debe garantizar que esos ciudadanos puedan ejercer su derecho a firmar. Bien a través de ofrecer puntos sustitutos donde puedan hacerlo en paz o bien por medio de la firma electrónica vía Internet.
¿Quién podrá garantizar la objetividad de ese proceso? En primer término, los propios ciudadanos organizados; segundo, haciendo el llamado a los observadores internacionales que con todo gusto vendrían a Venezuela; y tercero, invitando a los medios de comunicación internacional para que difundan la pureza del mismo.
¿El régimen les va a permitir ingresar al país a los observadores internacionales? Posiblemente lo impida o trate de hacerlo. Pero el costo que va a pagar alcanzaría dimensiones siderales. ¿Se imaginan el escándalo mundial cuando comiencen a devolver de Maiquetía a esos invitados?
Asumir este enorme reto será una inmensa demostración de nuestra vocación democrática, electoral, pacífica y constitucional que hará historia. No tengo ninguna duda de ello. Será una gran gesta cívica, una hermosa épica cargada de pueblo.
PD: en honor a la verdad y a la honestidad intelectual, la idea no es mía, corresponde al compañero y amigo Nicolás Sosa. Pero la hice mía con toda la pasión y la fuerza con la que los invito a hacerla de todos ustedes y le añadí que la misma sea una iniciativa que asuma la Asamblea Nacional. ¿Los ciudadanos les dimos el poder? Pedimos ahora que nos empoderen para continuar en esta lucha libertaria que debe poner a un lado las miserias que muchas veces se apodera de nosotros.