En estas pláticas pavorosas no se encuentran involucrados el rey Arturo, los avatares medievales de espadas ceñidas, las órdenes de caballería y, mucho menos, la intrincada corte de Camelot, con sus indomables vasallos franqueando sus servicios feudales, o un Lancelot apertrechado de proezas o las fabuladas del mago Merlín.
Ahora saltó a la palestra informativa la desapacible noticia de la realización de mesas de diálogo entre representantes de la MUD y el Gobierno. No sé cuál pudiese ser el escenario, si se tornaron a visitar un café vespertino, saboreando una clandestinidad amistosa o fue una refriega de acalorados enfrentamientos políticos. Quizá se camuflaron de temple de titanio para aguantar las escaramuzas socialistas o se aclimató el tema del referendo revocatorio, como única alternativa para calmar la desazón nacional.
Precisamente, ese es el punto oscuro de estos encuentros a hurtadillas, bajos los anegados ojos de desconciertos por parte de la población venezolana y, principalmente, de una mayoría ansiosa y extenuada de excusas sin resultados. Estas conversas fueron catalogadas por la dirigencia opositora como un mero acercamiento; un pre-diálogo sin objetivos claros y con una atiborrada “no agenda”. También alegaron que se activaron los laboratorios de confusiones y que estos encuentros se efectuaron, no en secreto, sino en privado.
El problema se centra en no avisarle a la población sobre estos intercambios encubiertos, recónditos y casi íntimos entre estos dos bandos. Cómo departen y se comunican tan férreos enemigos. Es justo saberse en qué eje reflexivo van las propuestas de las partes, pues ni el Ejecutivo nacional ni el ex presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero —quien funge como propiciador de los diálogos, pese a ser un adalid de este régimen—, reconocen la existencia de 94 presos políticos, según el Foro Penal Venezolano.
El pueblo está cansado de las mofas presidenciales por televisión, por ello sale a marchar, vocifera su descontento en esas colas “para todo” y estampó una firma para detener sus angustias. Mientras, dicen que se gastaron alrededor de 200 millones de dólares en una Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, para deliberar contra los imperialistas, mientras la gente en esta nación no logra resolver la desventurada ecuación de las tres comidas diarias.
Por tal motivo, esta mesa de tertulias inadmisibles, debe rodearse de los mejores guerreros, como lo propició la legendaria mesa redonda. Aquella fue calificada así, por no existir un líder expreso quien la dirigiese y con una igualdad de condiciones en la deliberaciones. En la nuestra, debe prevalecer el beneficio de un colectivo, agobiado por la carencia, el desaliento y la demagogia.
Existen algunos que consideran, en una óptica menos caótica a la realidad, que estos encuentros llevan el sello de una transición concertada, para aplicar los paliativo para la toma de un gobierno provisional y la convocatoria de un sufragio de soluciones diversas.
Ciertamente, estos fortuitos y accidentales acercamientos provocaron la desmoralización de los ciudadanos. La marcha del pasado viernes estuvo poco concurrida y las redes sociales explotaron su contrariedad de inmediato. Sólo esperemos que nuestros representantes no metan la pata y pasen a la posteridad venezolana, como la legendaria espada Excálibur.
MgS. José Luis Zambrano Padauy
Director de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”
@Joseluis5571