¿Quién dijo que la lucha por la recuperación de la democracia venezolana iba a ser fácil? ¿Quién dijo que sacar del poder a esta parranda de delincuentes, asesinos, ladrones y narcotraficantes que tienen 17 años enriqueciéndose con el dinero de todos los venezolanos iba a ser tan sencillo como quitarle el caramelo a un niño? ¿Es que de verdad alguien se creyó el cuento de que las “reptoras” del CNE nos la iban a poner bombita para recoger el 20% de las firmas y activar el Referendo Revocatorio contra Nicolás Maduro? ¿Acaso no recuerdan todo lo que hicieron para que no pudiéramos validar el 1%?
En este país, donde las cucarachas vuelan y los burros llegan a la presidencia, dudo mucho que alguien no supiera desde hace ya bastante tiempo lo que se estaba cocinando puertas adentro del CNE. Esa cara de asombro que han puesto algunos “dirigentes” políticos no se las cree nadie. En política, siempre hay que manejar escenarios. Y si algún escenario estaba perfectamente claro y definido, era precisamente el que estamos viviendo luego que el CNE diera a conocer el boletín en el cual quedó claro que las 4 “reptoras” harán todo cuanto les sea posible para impedir que tengamos un Referendo Revocatorio antes que termine el 2016.
Con el debido respeto he de decir que pertenezco al grupo de venezolanos (que seguro estoy, es bastante numeroso) que no fue sorprendido por el anuncio del CNE. ¿Cabría esperar otra cosa de esta partida de zagaletones? Era de esperarse — y así lo han debido preveer los “dirigentes” políticos — que las cuatro comadres aprobarían la regionalización de la recolección del 20% por estados, la instalación de unos pocos centros y la habilitación de poquísimas máquinas captahuellas. ¿Acaso no fue lo mismo que hicieron para la validación del 1%?
Lo que sí me tiene sorprendido es que los “líderes” de la oposición se haya tomado 96 horas (hasta el próximo lunes 25 de septiembre) para responder a una situación que se sabía iba a ocurrir. Se necesitaría ser demasiado ingenuo, para creer que el CNE aprobaría las 19 mil captahuellas y los 6.500 centros de recolección que pidió la MUD. ¿Cuándo terminaremos de entender que estamos enfrentando a un gobierno de malandros que no quieren soltar el poder?
Que nadie se llama a engaños: el CNE hará y seguirá haciendo todo lo que considere necesario para que aquí no haya Referendo Revocatorio en el 2016, ni en el 2017, ni en el 2018 ni en el 2019 ni nunca. Y lo que no pueda impedir el CNE lo tratará de impedir la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Hay que saber a qué nos estamos enfrentando.
La gran pregunta que todos nos estamos haciendo es: ¿Se debe insistir en la realización del Referendo Revocatorio a pesar de las condiciones adversas, ilegales e inconstitucionales impuestas por las 4 “reptoras” del CNE? Mi respuesta es SI. Soy de quienes creen que tirar la toalla no es una opción. Dios quiera y la MUD no cometa el mismo error del año 2005, cuando abandonamos las elecciones para la Asamblea Nacional. Hay muchas voces por ahí que ya empiezan a decir que lo mejor es que no insistamos en el Referendo y que nos vayamos por algún camino culebrero como las guarimbas. No faltan, por supuesto, los que todavía sueñan con una solución “verde oliva” o los que esperan que Donald Trump gane las presidenciales el 8 de noviembre en EEUU para que luego envíe un portaviones con 10 mil marines a salvarnos de este desastre.
En mi modesta opinión, el dilema del Referendo Revocatorio se resuelve de dos maneras: haciendo política verdadera y aplicando las matemáticas. Hacer política (no politiquería) significa, entre otras cosas, dejar de pensar en pajaritos preñados (candidaturas presidenciales), escuchar al país nacional, que desde hace rato viene alertando sobre las cosas que pueden ocurrir y echarse un buen baño de agua fría, para quitarse la resaca y la borrachera que algunos dirigentes políticos todavía tienen, desde el 6 de diciembre de 2015, cuando se creyeron que tenían a Dios agarrado por la barba porque habían obtenido un curul en la nueva Asamblea Nacional.
Aplicar las matemáticas significa analizar los números en frío y asumir quesí es posible reunir el 20% de las firmas. De acuerdo con el RE, hay 19.465.638 electores aptos para participar en la jornada del 20%. Para activar el Referendo se necesitan 3.829.329 firmas. Las “reptoras” han ordenado utilizar 5.392 máquinas en la recolección, distribuidas en 1356 centros ubicados en 335 municipios del país y desplegados en 776 parroquias.
¿Cómo superar el nuevo obstáculo que nos ha impuesto el CNE? Lo primero que debemos hacer es utilizar la experiencia que nos dejó el proceso de validación del 1% de las firmas. El colega Eugenio Martínez dijo que “en esa ocasión, el organismo comicial sólo instaló 300 captahuellas, de las cuales 100 se ubicaron en zonas donde sólo firmaron 21.172 electores (…) Otras 97 captahuellas fueron distribuidas en regiones donde firmaron 106 mil personas y sólo un tercio de las captahuellas fueron ubicadas en zonas de alta densidad electoral (…) En concreto, 103 máquinas se encontraban en municipios en donde firmaron 490 mil electores”.
Martínez dijo que durante la validación del 1%, “el promedio diario de electores que lograron registrarse en cada captahuella entre los 23 estados del país fue de 273 personas (…) De mantenerse el promedio diario por captahuella contabilizado durante la jornada del 1%, se puede suponer que 4.375.098, lograrán respaldar el referendo revocatorio”.
Hay que estar preparados: las “reptoras” del CNE ya deben tener listo un plan para repetir en todo el país la “operación morrocoy” que se vivió en Nueva Esparta durante la validación del 1% para evitar que completemos el 20%. Eugenio Martínez dice que “si se toma el ejemplo concreto de Nueva Esparta, en donde sólo lograron registrarse 175 personas por captahuellas, y se supone que los problemas registrados en esta entidad se repiten en todos los estados durante la jornada del 20%, entonces sólo podrían avalar el revocatorio 2.804.550 ciudadanos”.
La MUD debe evitar que los días 26, 27 y 28 de octubre se repita la experiencia vivida en Margarita durante la validación del 1%. Eso es lo que las “reptoras” quieren. Pero nosotros tenemos que impedirlo. Para cumplir con el 20% en Nueva Esparta se necesitan 68.992 firmas y serán instaladas sólo 96 máquinas. Eso quiere decir que necesitaremos movilizar 718 electores por captahuella. Si las máquinas funcionan durante 21 horas (7 horas por día) necesitaríamos mover 34 electores por hora. Como dato adicional recordemos que en Nueva Esparta la MUD obtuvo 155.122 votos durante los comicios del 6D.
En Amazonas se necesitan 20.556 firmas y se instalarán 33 máquinas. Necesitamos mover 623 electores por captahuella. Si disponemos de 21 horas para hacer la recolección, tendríamos que poner a firmar a un mínimo de 30 personas por hora. La MUD obtuvo el 6 de diciembre 33.069 votos en este estado. En Delta Amacuro se requieren 23.409 firmas y sólo habrá 33 máquinas. Necesitamos mover 709 electores por captahuella. Si trabajamos 21 horas (7 horas por día) necesitaríamos 33 electores por hora. El 6D la MUD obtuvo en esa región 27.087 votos.
En Cojedes hay que recoger 47.199 firmas y sólo tendremos 66 máquinas. Se necesita mover 715 electores por captahuella a un promedio de 34 electoras por hora. En este estado la MUD obtuvo el 6D 77395 votos. En Apure se necesitan 65.702 firmas y sólo habrá 91 máquinas. Es necesario mover 722 electores por captahuella a un promedio de 34 electores por hora. La MUD obtuvo 93.666 votos allí el 6D.
La “reptora” Socorro Hernández, dijo en una entrevista en Globovisión dos cosas importantes: primero, que si por alguna casualidad en algún estado del país no se logra el 20% igual debería haber referendo. Segundo, que la plataforma del CNE permite atender 51 electores por hora por máquina. Lo primero quizá no se puede creer, porque evidentemente, la estrategia del CNE es lograr que al menos un estado no recoja el 20% para poder tener el argumento que les permita suspender el referendo. En cuanto a lo segundo, nuestra meta debe ser lograr que cada captahuella atienda a 60 personas por hora, 9 más de lo que el CNE ha calculado.
No faltará quien pregunte: ¿Son ilegales las condiciones impuestas por el CNE? Sí, claro que lo son. ¿Son inconstitucionales las reglas que ha puesto el CNE para el proceso de recolección del 20% de las firmas? Sí, también lo son. ¿Ir a un Revocatorio en tales condiciones no es avalar una ilegalidad y una inconstitucionalidad? En teoría, la respuesta es Sí. Pero a pesar de ello, no podemos renunciar a nuestro derecho a revocar a Maduro. Hemos superado muchos obstáculos para llegar hasta aquí. Y tendremos que superar muchos más. Cada barrera de alambre de púas que nos ponga el CNE tiene que ser superada por la mayoría de los venezolanos que queremos un cambio de gobierno.
Las elecciones del 6D se hicieron bajo un clima de atropellos, amenazas y ventajismo por parte del gobierno de Maduro. Y a pesar de ello se ganaron. La validación de firmas para el 1% se hizo contra viento y marea. Eliminaron 605 mil firmas. Colocaron sólo 300 captahuellas y amenazaron a medio país para que no saliera. Al final se logró cumplir con la meta.
En octubre tiene que ocurrir exactamente lo mismo. Hay que salir a la calle y recoger más de 4 millones de firmas. Hay 10 millones de venezolanos que queremos revocar a Maduro y tenemos que seguir luchando para que el referendo se haga antes del 10 de enero de 2017. La receta es sencilla: calle, calle, calle y más calle de manera cívica, pero contundente. Y por el otro: organización, movilización y preparación física y mental para superar la meta de los 4 millones de firmas. Los que quieran tirar la toalla que no cuenten conmigo.
24 de septiembre de 2016
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