En la inauguración del Museo Nacional Smithsonian de Historia y Cultura Afroamericana, un momento captó la atención de los espectadores: un inusual abrazo entre la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, y el ex presidente George W Bush.
No es la primera vez que Michelle muestra su cariño al expresidente. El pasado mes de julio, durante el homenaje a las víctimas de la masacre de Dallas, Bush se puso a bailar en el evento, y Michelle lo trató casi como a un niño.