Nuestra Alma Mater, la muy ilustre Universidad del Zulia, arriba a los 70 años de su reapertura. Hoy está padeciendo la peor crisis de toda su historia que compromete seriamente su esencia institucional y su proyección de avance y progreso hacia el futuro, con ejecutorias en docencia, investigación y extensión que constituyeron motivo de orgullo y satisfacción, en el pasado reciente, para quienes hemos egresado de sus aulas o formamos parte de su comunidad.
Lamentablemente pareciera que el tiempo se detuvo en LUZ y comenzaron a aparecer en forma abrupta e indetenible los signos del envejecimiento institucional: crisis de valores, ingobernabilidad y falta de autoridad, pérdida del sentido de pertenencia, falta de transparencia en la administración, ausencia de planificación y visión de largo plazo, desmotivación generalizada de su personal, deserción estudiantil significativa y de su capital intelectual, deterioro alarmante de sus ambientes, planta física y pérdida incontrolable de su patrimonio, detrimento de sintonía con su entorno. La comunidad universitaria que constituye su fuerza transformadora primordial, se encuentra totalmente desmotivada y allí radican sus problemas fundamentales. Los estudiantes, profesores, obreros, empleados y también sus egresados son el motor de la Universidad a quienes habrá que entusiasmar y comprometer si queremos sacudir el alma aletargada de nuestra institución para relanzarla a la reconquista de su grandeza expresada en su himno: “Universidad y el sol libertad”
Las circunstancias señaladas son inocultables, no corresponden a voces agoreras como señalan quienes deliberada o inconscientemente pretenden evadir su responsabilidad ante su ostensible deterioro, sino que expresan una verdad incontrovertible que a todos, tanto los universitarios como a la comunidad Zuliana en general, debe llamarnos a una profunda reflexión puesto que LUZ representa uno de los patrimonios más trascendentes y permanentes del Zulia. Ojalá no sea demasiado tarde cuando se decida actuar. Su recuperación implicará también, convocar a todas las fuerzas motrices de nuestra región en defensa de uno de sus más importantes capitales.
Evidentemente que este gobierno ha golpeado despiadadamente a todas las universidades violentando su autonomía, pretendiendo subordinarlas a su proyecto político; pero, la mayoría de los problemas señalados corresponden a factores intrínsecos y a la ausencia de una gerencia eficaz que se ha dedicado a administrar sus procesos rutinarios y ha carecido de liderazgo para aprovechar sus fortalezas innovadoras.
Hoy reiteramos nuestro planteamiento de que LUZ, al igual que muchas universidades latinoamericanas agotaron su modelo y deben abrirse, sin más demora, a un nuevo paradigma signado por principios de Calidad, Innovación, Responsabilidad Social, que desarrolle una dinámica relación con todos los sectores del entorno. Esa propuesta que un amplio grupo de integrantes de la comunidad universitaria y de la sociedad hemos venido desarrollando lo denominamos “LA UNIVERSIDAD DE SERVICIO”, puesto que no queremos quedarnos en la retórica o la crítica intrascendente sino, por el contrario, retar nuestra creatividad para ofrecerle a esa madre amada, nuestra Alma Mater, con sentido de desprendimiento y gratitud, una modesta alternativa para su transformación, para que ella pueda representar para la región, el País y las generaciones de jóvenes de hoy y del futuro, la misma esperanza que fuerua para nosotros, cuando, con gran entusiasmo vinimos a ella a nutrirnos en su inagotable fuente del conocimiento.