Hace algunos días la organización política opositora venezolana, Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en respuesta a la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) en donde el ente fijó como oportunidad para la realización del referéndum revocatorio (RR) el primer trimestre del año 2017, e impuso la obligación para los venezolanos de recoger el 20 % de las firmas requeridas para la continuación del proceso revocatorio en cada uno de los estados del país y no por la totalidad del territorio nacional, acordó el desconocimiento del 20 % regional fijado por el ente comicial.
La respuesta de la MUD era algo que desde días antes se había hecho esperar, tanto así que de manera solemne su secretario general había anunciado la necesidad de que la sociedad venezolana esperara la contundente medida que dicha organización tomaría en respuesta de lo que consideraban un atropello por parte del CNE. De allí que todos los medios de comunicación, tanto nacionales, como internacionales, así como la población venezolana en general, estuvieran atentos a la medida tomada por la agrupación política.
Esta decisión por parte de la MUD ha causado una seria preocupación ante el grueso de países, organizaciones internacionales, y personalidades que de manera altruista han venido apoyando la necesidad de una salida pacífica frente al clima de incertidumbre política y al desmoronamiento del sistema democrático venezolano. ¿ Cómo es eso que frente a una decisión que fija de antemano la realización del RR para el próximo año, circunstancia que impediría la posibilidad de llamar a nuevas elecciones presidenciales, en vez de atacar contundentemente esta decisión, la organización política desvíe su atención en discutir la recolección del 20 % de unas firmas?, se preguntan aquellos.
Este hecho, de atender con mayor énfasis un aspecto, que si bien es importante, resulta inocuo frente a la gravedad de diferir la fecha del RR, ha llevado a infinidad de elucubraciones, las cuales no dejan de ser importantes si consideramos que si bien es cierto que la crisis venezolana debe ser resuelta por los venezolanos, de no ser por el apoyo de la comunidad internacional, de los medios de comunicación internacionales, y de la comunidad venezolana en el exterior, el conocimiento de la problemática venezolana no hubiera pasado de las fronteras del país. No digamos el apoyo institucional y hasta económico que ha representado este conocimiento de la situación a nivel mundial.
De allí que sea imposible, aun con todo el esfuerzo que debe de estar realizando dicha agrupación como reacción a la conducta del CNE, mantenerse en silencio y simplemente dejar pasar la gravísima circunstancia que implica para la suerte de Venezuela, el continuar discutiendo la viabilidad o no de recoger unas firmas de una manera u otra mientras el tema central, como lo es la postergación del RR para el 2017, se deja prácticamente de lado.
¿Sera que la MUD, consciente de la necesidad de ampliar su número de adeptos en el país, prefiere que el RR se suspenda? ¿Sera que sectores de la MUD preferirán utilizar el RR como trampolín para calentar las calles y organizarse para ir directamente a las elecciones presidenciales del 2018? ¿O tal vez será que no se han dado cuenta de lo que representa dirigir su atención hacia el elemento menos trascendente en vez de atender el problema de fondo, como lo es la fecha de realización del RR?
Posiblemente para quienes día a día han trabajado incesantemente con el objetivo de lograr la terminación pacifica del régimen venezolano, estas interrogantes que muchos se están planteando dentro y fuera de las fronteras venezolanas, resulten crueles y hasta ofensivas, pero si consideramos los efectos que las estrategias opositoras pueden causar en toda la población del país, todas estas dudas en vez de ser rechazadas de pleno, como lamentablemente lo han sido por parte de conocidos lideres políticos venezolanos, deberían ser recibidas con preocupación. Más aun cuando no existe una homogénea estrategia por parte de quienes rechazan la continuación del gobierno bolivariano.
En lo que respecta a la decisión de negarse a reunir las mencionadas firmas estado por estado, como lo requiere el CNE, existe un triste antecedente precisamente relacionado con el RR solicitado en el año 2004 en contra del entonces Presidente Hugo Chávez, que bien debería tomarse en cuenta. El caso es que para esa fecha, la organización civil “Coordinadora Democrática” de manera independiente del CNE decidió proceder a la recolección de las firmas que avalarían la solicitud del RR en contra de dicho mandatario. Después de todo el esfuerzo realizado, el organismo electoral no solo desecho dichas firmas por no contar con los requisitos exigidos por este, sino que ordeno la nueva recolección de firmas, con el consabido retraso en el proceso revocatorio. ¿Si esto sucedió en el pasado, con un CNE que trataba de disimular su apoyo irrestricto al régimen, qué no sucederá ahora cuando el CNE se ha quitado la careta?
Esta situación, en donde la sociedad venezolana se halla sometida a los dictámenes del gobierno bolivariano debido a que todas las instituciones públicas, con excepción de la Asamblea Nacional, dependen directamente del Presidente Maduro, es un problema de extorsión permanente. El tema del RR es un ejemplo patético de ello.
La Constitución de la Republica (C.R) en su artículo 70 es muy clara: “Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: …la elección de cargos públicos, el referendo…”; y continua más adelante:… “La ley establecerá las condiciones para el efectivo funcionamiento de los medios de participación previstos en este artículo”.
Por si esto fuera poco, la C.R en el capítulo referido a “La Competencia del Poder Público Nacional” (artículo 156, numeral 32), dispone “Es de la competencia del Poder Público Nacional:…32. …La legislación en materia…de elecciones…”
Bien es sabido que hasta el momento no existe una Ley especifica que regule los referendos como lo establece la C.R, y que el CNE ha impedido que esta sea dictada por la Asamblea Nacional. No obstante, a pesar de la falta de legislación al respecto, y en cumplimiento del mandato constitucional, mal podría aplicarse un reglamento para regir todo lo referente a referendos, y/o elecciones, cuando la propia Constitución exige que sea mediante una Ley que dichos procesos sean regidos.
Esta situación, de pretender el ente electoral de un plumazo sustituir con un reglamento la competencia que constitucionalmente ha sido establecida a una Ley, es lo que debería plantearse la MUD, o quienes deseen la terminación de este régimen oprobioso. Academias, asociaciones gremiales y profesionales, organizaciones estudiantiles, asociaciones de vecinos, y todos los que hagan vida en el país podrían hacer un planteamiento al respecto, en vez de seguir dejando transcurrir el tiempo sin discutirse el asunto de fondo. Si la MUD, o cualquier otra agrupación política, se ha planteado el incumplir con una decisión del CNE, la medida no puede ser tomada sin el acuerdo de todos los venezolanos demócratas, y para esto se hace necesario comenzar por recordar la necesidad de la constitucionalidad de todos los actos del Poder Público, y el CNE es uno de ellos. Si el retraso del RR es inevitable, lo que sí es evitable es el desconocimiento de la Constitución y Leyes de la Republica.