El fuerte revés sufrido por el Partido de los Trabajadores del expresidente Lula da Silva en las elecciones municipales realizadas ayer en Brasil, y la decisión del pueblo colombiano, también este domingo, de rechazar los términos del acuerdo de paz alcanzado entre el gobierno y la guerrilla de las FARC, constituyen una nueva derrota para el castro-chavismo en América Latina, señaló este lunes el secretario ejecutivo de la Unidad Democrática, Jesús Chuo Torrealba.
Nota de prensa
Tales resultados se suman a la destitución de Dilma Rousseff, a los registrados recientemente en Argentina y Paraguay; a la votación de los bolivianos, que le negaron a Evo Morales su intención de lanzarse a la reelección; a la decisión de Rafael Correa de no presentarse a un nuevo periodo presidencial en Ecuador. “Nuevamente es derrotado el proyecto chavista en América Latina (…) Sigue retrocediendo este proyecto socialista corrupto que algunos llaman `socialismo del siglo XXI´ (…) Van de retirada”, señaló Torrealba en su programa radial La Fuerza es La Unión, donde tuvo como invitados al embajador Julio César Pineda y a la internacionalista Beatriz de Majo.
El vocero de la alianza partidista opositora destacó que los gobiernos de Venezuela y Cuba se involucraron en las negociaciones, que duraron casi cuatro años, entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las irregulares Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con el propósito de firmar un acuerdo de paz. “Si ayer hubiera ganado el `sí´ en Colombia, hoy habría champaña en Miraflores y en La Habana. Pero no fue así y van a pagar un costo por ello”, comentó en relación al resultado del plebiscito, en el cual la mayoría del pueblo colombiano dijo “no” a los términos del acuerdo.
“No pierde la paz en Colombia, pierde es la manera de tratar de imponer un determinado concepto de paz. Pero sigue siendo responsabilidad de todos los colombianos y latinoamericanos seguir buscando la paz y seguir haciendo retroceder la violencia y a los violentos”, dijo.
Con respecto a Brasil señaló que el partido de Lula perdió más de la mitad de las 635 alcaldías que habían obtenido en los anteriores comicios municipales, particularmente la de Sao Paulo, la de mayor importancia política en ese país.
“Para los venezolanos queda la certeza de que hay que seguir trabajando en la búsqueda de la paz y la certeza de que la palabra del pueblo, la voz del soberano, no tiene sustitutos en una democracia. Esa voz no se puede sustituir ni con una cúpula militar, ni con cuatro rectoras en el CNE, ni con siete togas express del TSJ. La voz del soberano es la que manda y por eso debe ser consultada”, indicó.
“Para vergüenza de los agentes electorales del oficialismo en el CNE, en Colombia tienen un espejo: en 33 días hicieron un referendo de importancia mundial. En dos horas el pueblo colombiano conoció el resultado de este proceso, que fue manual, y en dos minutos el presidente Santos reconoció en cadena nacional, con respeto y con altura, que el resultado le fue adverso”, agregó.
“Esas son las diferencias entre eso que se vio ayer en Colombia y la situación que los venezolanos tenemos que sobrellevar. Acá, para convocar un referendo, una marejada de pueblo va a tener que hacer la `Toma de Venezuela´ los días 26, 27 y 28 de octubre, pero lo vamos a hacer”, aseguró.
En Colombia ganó la paz
La internacionalista Beatriz de Majo, quien se encuentra en el exilio por formar parte de la junta directiva del diario El Nacional, perseguida jurídicamente por el dirigente del PSUV y diputado, Diosdado Cabello, comentó que nadie se imaginó el resultado del plebiscito en Colombia, pues todos los números y “toda la influencia gubernamental estaba dispuesta para que el país dijera que sí a ese proyecto totalmente santista”.
Indicó que el resultado a favor del “no” fue muy pequeño, pero que Colombia es un país respetuoso de la democracia. “Se le dijo que no a esa fórmula de paz del presidente Santos, junto con los narcoterrosiats de las FARC y con una influencia muy notable, con una gravitación enorme de Cuba dentro de los asuntos de Colombia”, señaló.
Refirió que los colombianos consideraron inconveniente ese acuerdo por varias razones, pero la principal para ser rechazado fue el altísimo componente de impunidad. “Se trata de un perdón absoluto para quienes han sido criminales, y se olvidaron por completo de resarcir a las víctimas que debe haber para que todo proceso de pacificación sea justo. Tiene que haber necesariamente una reparación a las víctimas que le otorgue justicia al país”, aseguró.
Señaló que en los poco más de 50 años de actuación de las FARC, Colombia perdió 220 mil personas, además de otras víctimas, como los niños y adolescentes que eran secuestrados “para ponerles un fusil en el hombro. Hubo hechos que convirtieron a Colombia en un país invivible por completo, a pesar de sus cuantiosos recursos. La guerrilla convirtió a Colombia en el país narcotizado que es hoy. La cantidad de exiliados, muchos de los cuales los tenemos nosotros en Venezuela, lo que pasa es que no los llamamos exiliados…”.
“Todo eso fue resuelto prácticamente sin ningún tipo de condiciones ni de exigencias para las FARC y eso simplemente la población no lo acepta”, acotó.
No obstante, estimó que el resultado del plebiscito no debe ser interpretado como el fin del proceso. “Colombia renace, sin duda, como un país que está muy comprometido con la paz, eso es clarísimo. Pero en la votación le echaron un parado al presidente y se le dijo que no a esa fórmula, no a la búsqueda de la paz”, precisó.
“No se puede ignorar a la otra mitad, a la que voto por el sí, a la que no lo pensó demasiado porque estaba harta. No es posible no encontrar una salida. La población, el gobierno y las FARC se tienen que embarcar ahora en actos que de verdad sean heroicos para conseguir la reinserción de los guerrilleros, pero que esa reinserción se haga con total justicia”, añadió la también articulista del diario El Colombiano, de Medellín.
El embajador Pineda coincidió con Majo y en tal sentido informó que esta misma tarde se reanudan en La Habana las conversaciones entre los representantes del gobierno colombiano y de las guerrillas de las FARC.
“En América Latina la tendencia que se observa es que no se derrotó el proceso de paz, sino la forma de hacer la paz. Al conocer los resultados el expresidente (Álvaro) Uribe lo primero que planteó es que se busque un acuerdo nacional para entrar de nuevo y a fondo en una reformulación del proyecto. Santos también abrió la puerta para ese encuentro nacional y la guerrilla, afortunadamente, también manifestó su voluntad de seguir trabajando en el acuerdo”, señaló.
“En América Latina y en el mundo entero se ha visto como positivo que haya paz en Colombia y esa no fue la tesis derrotada. Lo que fue derrotado es la forma de hacer la paz que venía aplaudiendo la izquierda latinoamericana”, agregó.
“Es bueno que siga construyendo la paz, pero no esa paz propuesta sobre todo en Cuba ni de la manera en que la han planteado, en la cual se dejaron de lado las víctimas”, acotó.
Al concluir, Pineda señaló que los únicos que perdieron en este proceso fueron Santos, quien tendrá que modificar su política interior y su diplomacia, y a nivel de América Latina “el socialismo del siglo XXI, que sigue de derrota en derrota”.
3/10/2016 9:54am