El presidente Juan Manuel Santos dedicó a Colombia y a los “millones de víctimas” del conflicto armado de más de medio siglo que azota el país, el Nobel de la Paz que ganó este viernes por sus esfuerzos de acabar con la guerra interna.
“Colombianos, este premio es de ustedes. Es por las víctimas – y para que no haya una sola víctima más, un solo muerto más — que debemos reconciliarnos y unirnos para culminar este proceso, y comenzar a construir una paz estable y duradera”, dijo el mandatario en una alocución televisada desde la presidencial Casa de Nariño.
El jefe de Estado contó que su hijo Martín lo despertó “muy temprano” para contarle la decisión del Comité Noruego.
“Agradezco infinitamente y de todo corazón esta honrosa distinción”, señaló al enfatizar que recibe el galardón en especial en nombre de los “millones de víctimas” que ha dejado el conflicto a lo largo de 50 años.
Colombia vive una cruenta conflagración interna que ha enfrentado a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y agentes de la fuerza pública, con un saldo de unos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
Santos, quien ha apostado todo su capital político a la paz, añadió que el premio es “un tributo a todas aquellas personas que tanto han contribuido a que estemos a punto de lograr esa paz tan anhelada, a los negociadores de ambas partes, y a tantas otras personas e instituciones que nos han apoyado en este proceso”.
El presidente encabeza desde que asumió su primer mandato en 2010 negociaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), así como con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), guerrillas activas desde 1964.
“Recibo este reconocimiento con gran humildad y como un mandato para seguir trabajando sin descanso por la paz de los colombianos”, enfatizó, luego de que un histórico pacto sellado con las marxistas FARC, principal y más antiguo grupo rebelde de América, fuera rechazado el domingo en un plebiscito.
Santos prometió dedicar todos sus esfuezos a la causa de la paz “por el resto” de sus días.
“Gracias a Dios, la paz está cerca. La paz es posible”, subrayó, e invitó “al gran propósito nacional” que debe ser construirla.
Santos estaba visiblemente emocionado. Llegó a dar el discurso tomado de la mano de su esposa, María Clemencia Rodríguez, “Tutina”. Algunos periodistas lo aplaudieron antes y después de la alocución
AFP