Unos dos millones de personas recorrieron hoy las calles de la ciudad brasileña de Belén en la procesión del Cirio de Nazaret, una festividad católica que se celebra anualmente desde 1791 y es considerada la mayor romería de América.
La procesión es realizada en honor a la virgen de Nuestra Señora de Nazaret y se ha convertido en el principal evento del llamado turismo religioso de Brasil, el país con el mayor número de católicos en el mundo.
Las autoridades de Belén calcularon esta vez la multitud en unos dos millones de personas, que expresaron su fe en la virgen en una procesión cuya seguridad estuvo garantizada por un millar de agentes de policía y cerca de 2.000 soldados de las Fuerzas Armadas.
Como es tradicional, la procesión partió de la catedral de Belén, una ciudad cercana a la desembocadura del río Amazonas en el océano Atlántico, y recorrió 3,6 kilómetros hasta la Plaza del Santuario.
La multitud fue atrás de una imagen de la virgen de Nazaret, una pequeña talla del siglo XVIII transportada dentro de un oratorio de madera, cristal y oro que es llevado en un carro halado por miles de fieles con una gruesa cuerda sisal de 400 metros de longitud.
La imagen estará expuesta en la Plaza del Santuario durante los próximos quince días, en los que las autoridades de Belén esperan recibir decenas de miles de personas de otras regiones del país.
La procesión del Cirio de Nazaret se celebra cada segundo domingo de octubre y hace tres años fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Según ese organismo de la ONU, la procesión “mezcla lo religioso y lo profano” y “refleja el carácter multicultural de la sociedad brasileña”. EFE