Luego de una revisión exhaustiva de la situación de los indígenas en el país, el Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas Kape Kape sostiene que este 12 de octubre los habitantes originarios no tienen nada que celebrar. Por eso esbozan en este comunicado las razones por las que consideran que, si ha habido un sector desasistido por un gobierno que se jacta de su carácter inclusivo, ha sido, precisamente, los que hoy tratan de homenajear con supuestas pompas de resistencia, publica Correo del Caroní.
Aquí, el comunicado de Kape Kape:
Durante los últimos meses han saltado a la palestra pública situaciones como las protestas por falta de comida en el Delta venezolano, brotes de paludismo en las comunidades indígenas, niños indígenas que se quedan fuera del sistema educativo por las malas condiciones en sus escuelas, personas que pierden la vida por falta de atención médica en las comunidades indígenas, y más recientemente el emprendimiento del proyecto del Arco Minero, que amenaza inmensos territorios que han sido históricamente habitados por pueblos y comunidades indígenas.
Por todas estas razones, este 12 de octubre el Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas Kape Kape dice que no hay nada que celebrar.
Aunque en los últimos años se ha avanzado en lo que tiene que ver en el reconocimiento de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas, la implementación de estas normas sigue en pañales.
Son cientos los indígenas que permanecen en las calles en situación de mendicidad tras procesos de desplazamiento de sus comunidades originarias.
Enfermedades como el sida, paludismo y dengue acabando con la vida de mujeres, niños y personas de la tercera edad por falta de atención médica.
El Centro de Investigaciones Ecológicas de Venezuela denunció que indígenas waraos del Delta y estado Bolívar, ubicados en el sector Cambalache, así como comunidades Ye’kwana del río Caura, municipio Sucre, están padeciendo la propagación del virus VIH.
Esto empeora al recordar que en la mayoría de las comunidades indígenas no hay medicina, ni posibilidad de unidades para el traslado de emergencias a pesar del difícil acceso, que muchas veces se puede hacer sólo vía fluvial o aérea, como lo ha denunciado por ejemplo el pueblo Yanomami de Amazonas.
Según los datos que maneja Provea, tan sólo en 2015, más de mil comunidades indígenas fueron afectadas por enfermedades endémicas, siendo los más afectados los municipios Sifontes, Gran Sabana, Angostura, El Callao, Sucre y Cedeño del estado Bolívar.
Este año se repite la historia con uno de los brotes históricos más grandes de paludismo, asociado al aumento de la actividad minera.
En los últimos meses se ha perfilado una nueva amenaza a la integridad de los pueblos y comunidad indígenas con el proyecto del Arco Minero, donde el Estado persigue la explotación a gran escala de 111.800 kilómetros cuadrados, la mayoría ubicados en tierras ocupadas ancestralmente por pueblos indígenas, en una iniciativa que pasó por alto el derecho a la consulta previa establecido en la Ley de Pueblos Indígenas.
En el marco de esta cruda realidad, Kape propone utilizar esta fecha para impulsar aún más las denuncias sobre las vulneraciones y abusos de las que son víctimas los pueblos y comunidades indígenas, para finalmente convertir en hechos las legislaciones indígenas trascendiendo el mero discurso indigenista.