El país ha entrado en un estado de alarma generalizada, porque cada día es más difícil subsistir en medio de la miseria, de la anarquía y del fascismo que representa el gobierno de Nicolás Maduro, porque estamos en una etapa crítica de esta soberana crisis, donde comer se convirtió en un lujo, y ni hablar de recibir asistencia médica, nos han negado cualquier posibilidad de avance y en estos términos, es menester propiciar con más fuerzas la activación del Referéndum Revocatorio al mandato de Nicolás Maduro, porque no son caprichos, sino es una necesidad de vida o muerte.
El culpable no es el ciego sino el que le da el garrote, y con esto me refiero, que el mayor responsable de esta atrocidad que vivimos es Hugo Chávez, por su pésimo gobierno y la oferta engañosa que significó, y por dejarnos como presidente a un pupilo cuyos únicos méritos fueron, rendición y obediencia a un proceso absurdo que nos llevó a la ruina como país. Muchas fueron las metidas de patas, y las decisiones erradas, que trajeron como consecuencia la peor crisis jamás vivida en Venezuela.
Acabaron con el aparato productivo del país, expropiaron más de cuatro millones de hectáreas en plena producción, cerraron más de 9 mil empresas, acabaron con lo hecho en Venezuela, secaron el campo, y pretenden no tener una crisis humanitaria en niveles tan alarmantes como los que padecemos. Y en vez de enmendar el capote, el sucesor de la revolución, vino con más desatino y más desconocimiento a acabar con lo poco que quedaba, vinieron como verdugos a perseguir a los empresarios y productores, vinieron a ponerlos presos, les han negado las dividas descaradamente, y al buen estilo autoritario y fascista, trajeron de nuevo a la palestra, el expropiese que tanto daño nos ha causado, especialmente en el sector agroalimentario.
Ahora bien, con una inflación que amenaza en llegar al 1500%, y ante la comprobación de la ineptitud, del desconocimiento y de la corrupción con la que el gobierno de Maduro ha manejado el área económica, creen que haciendo aumentos de salario y de bono de alimentación, cada vez que tienen el agua al cuello, y cada vez que el descontento social crece, van a poder frenar esta hiperinflación, porque tenemos un Bolívar moribundo frente a una economía dolarizada que no han querido admitir.
Con esa política de improvisación y de desatinos, lo que están causando es mayor desempleo porque las pequeñas y medianas empresas no pueden resistir estos aumentos cada vez que a Maduro se le pega la gana, entonces tendrán que cerrar, ante la imposibilidad de honrar estos compromisos salariales porque simple y llanamente, no tienen un soporte para hacerlo, o ser víctimas de las expropiaciones o confiscaciones, que se traducen como un robo a mano armada por parte del gobierno.
Tal y como está anunciado, si se decreta un nuevo aumento salarial antes de finalizar el año, los pequeños y medianos empresarios podrían cerrar sus puertas, por no poder cumplir con los pagos a sus trabajadores, porque con esta inflación que amenaza en llegar al 1500%, no habrá empresa que aguante estos ajustes del gobierno en sus medidas desesperadas y autoritarias. Más de 8500 empresas están en riesgo de desaparecer, debido a la poca producción ocasionada por el difícil acceso a las divisas y por la política de exterminio de un gobierno que prefiere importar alimentos y otros rubros a precios prácticamente impagables para las mayoría, que darle la oportunidad al empresariado venezolano de producir en niveles de estabilidad y de garantías para trabajar.
Tenemos un presidente que se hace llamar obrero, pero dime de qué presumes y te diré de que adoleces, y es que precisamente Nicolás Maduro, ha sido el gobernante que más ha golpeado a los trabajadores en el país, porque si cierran las empresas, este Estado quebrado, no podrá recibir a los miles de desempleados que se generen a corto y mediano plazo, y la crisis se va a profundizar más, y tendremos más gente comiendo en la basura o muriendo de hambre.
Andrés Eloy Camejo
Diputado a la Asamblea Nacional
Acción Democrática
@AndresECE