La Asamblea Nacional se dejó de andar por las ramas y llamó las cosas por su nombre al: “Declarar la ruptura del orden constitucional y la existencia de un golpe de Estado cometido por el régimen de Nicolás Maduro en contra de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el pueblo de Venezuela”. ¡Llegamos al llegadero!
Para de seguidas enumerar los pasos a dar en el restablecimiento de la democracia y: “Exigir a la Fuerza Armada Nacional no obedecer ni ejecutar ningún acto o decisión que sean contrario a los principios constitucionales o menoscaben derechos fundamentales del pueblo de Venezuela, emanados del Poder Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral”. Poniendo así las cosas en su santo lugar.
Hasta finalmente: “Convocar al Pueblo de Venezuela, en virtud de los preceptos constitucionales, en especial lo establecido en el artículo 333, de nuestra Constitución, a la defensa activa, constante y valiente de nuestra Carta Magna, de la democracia y del Estado de Derecho, hasta lograr la restitución del Orden Constitucional”. Convencida la AN del enorme arraigo de la democracia en el pueblo venezolano porque Venezuela es una sociedad democrática.
¿Es todo esto suficiente? No, sobre todo si tomamos en cuenta que el pueblo, a pesar de sentirse motivado por las decisiones acordadas, es evidente que todavía espera una mayor precisión que oriente las acciones de movilización anunciadas, en especial la del miércoles 26 de octubre, la cual no puede resolverse en la imprecisa frase: “cada quien sabe lo que tiene que hacer”. Sin embargo, el acuerdo aprobado es un buen punto de partida en estrecha sintonía con el mandato democrático dado por el pueblo al elegir en los términos en que lo hizo el 6 de diciembre, poder ratificado el 1 de septiembre.
¿Qué es lo sustantivo de la histórica sesión de este domingo 23 de octubre? Sin duda, el paso firme, corajudo, libertario y en unidad asumido por la mayoría democrática de la Asamblea Nacional en la dirección inequívoca de garantizar el cambio político constitucional, democrático, electoral y pacífico ansiado por la inmensa mayoría de los venezolanos.
PD: El asalto perpetrado al recinto legislativo por turbas mercenarias del Pranato rojo no sólo demostró que los “rusos también juegan” sino que “los rusos también se equivocan”, como agudamente apuntó el amigo Luis Manuel Esculpi.
Otrosí: La intervención lastimera de Elias Jaua tratando de aclarar que el RR no estaba negado sino “suspendido temporalmente” fue un mensaje que respondió Henry Ramos Allup con altura de estadista y serenidad pedagógica para gente con dificultades de aprendizaje, iluminando un camino de posible solución