A diario, antes del trabajo, Mercedes Benítez trota en el parque “Generalísimo Francisco de Miranda”, conocido como Parque del Este antes de que el fallecido presidente Hugo Chávez le cambiara el nombre.
MARÍA VICTORIA FERMÍN / EL NACIONAL
Benítez considera que este espacio es de los pocos donde aún puede ejercitarse en Caracas. Sin embargo, hace seis meses su rutina encontró un obstáculo que los usuarios del parque denuncian: se ha incrementado la inseguridad.
Eran las 6:00 am. Mercedes Benítez había terminado de correr y fue a un baño cerca del Planetario para refrescarse. Al salir, un joven vestido con ropa deportiva la apuntó con una pistola y le pidió el bolso. Luego la empujó y corrió con sus cosas. Ella buscó ayuda en el módulo de la Guardia Nacional Bolivariana, pero la respuesta no fue satisfactoria. “No hicieron nada”, asegura.
Yaneth Guillén entrena en el parque cuatro veces por semana. El feriado del 24 de junio parqueó su carro, como es usual, en el estacionamiento sur que colinda con la subida desde la autopista Francisco Fajardo. Regresó a los 40 minutos y al acercarse al vehículo vio que los seguros estaban arriba. Su cartera ya no estaba. Unos guardias le tomaron el reclamo. Ella y su acompañante –a quien le habían roto el vidrio de su carro semanas atrás– reprocharon la falta de vigilancia. Los funcionarios dijeron que les faltaba personal.
El domingo 28 de agosto, el Correo del Orinoco, medio de comunicación del Estado, anunció que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana había desplegado 250 militares de la Guardia del Pueblo y de la Milicia Nacional Bolivariana en el parque, constituido de 82 hectáreas, para garantizar la seguridad de los visitantes, pero en un recorrido realizado el miércoles 19, entre las 10 am y las 11:00 am, se observó solo a siete integrantes de ese componente, únicamente en la entrada principal de peatones.
Entre octubre y septiembre a través de la cuenta en Twitter @ParqueDelEste, que maneja una activista, reportaron tres hurtos en ambos estacionamientos y cerca del lago.
El entrenador Carlos Pino señala que en ese lugar hacen vida aproximadamente 10 clubes de corredores y calcula que al menos un miembro de cada equipo ha sido víctima del hampa, particularmente temprano en la mañana. Recuerda que otros casos de atracos ocurren en el tramo de camino paralelo a la avenida Francisco de Miranda, donde los delincuentes huyen saltando la cerca.
“Además, no hay iluminación. La gente se desanima, pero no hay que dejar que la delincuencia se apodere de estos espacios”, opina.
Jessica Galíndez compara la maleza del parque con la que se encuentra en la selva, desde donde los leones aguardan para atacar a su presa: “Ahí cualquiera se esconde y espera a ver a quién asalta”, dice.
Gaby Arocha afirma que los militares de la GNB no hacen rondas y que la mayoría de las veces se les ven inmersos en sus celulares. Cree que es necesario que exista más control en el acceso a este oasis verde.
Recomendaciones
Los usuarios del parque no son expertos en materia de seguridad, pero han elaborado varias recomendaciones para quienes acuden al espacio recreativo:
-No llevar consigo objetos de gran valor durante su actividad deportiva.
-Si va a dejar sus pertenencias en su vehículo, evite que se observen a simple vista. Esté atento cuando se aproxime a su carro.
-Intente contactar a un grupo para no caminar o trotar solo.
-Si escucha música mientras ejercita, quítese un audífono para estar más alerta.
-Evite zonas muy solitarias.