La primera vez fue en la sesión correspondiente al jueves 26 de mayo.
Parto de la convicción que tal aseveración en boca de un diputado a la Asamblea Nacional y en una sesión en el propio hemiciclo del Palacio Federal Legislativo, no puede ser sólo producto de un calentón, propio del fragor del debate parlamentario y por lo cual y dada su investidura, nuestros diputados están obligados para con sus electores y para con el país a actuar en consecuencia por tan grave denuncia.
El no hacerlo, sería haber creado una falsa expectativa al país reduciendo tan transcendente setencia a una mera consigna.
En lo personal, confío en la seriedad de investigadores sobre el asunto en cuestión, como Enrique Aristeguieta Gramcko, la periodista Nitu Pérez Osuna, así como varios ex-rectores y ex-directores del CNE.
No menos seriedad y confianza me merecen nuestros diputados y en tal sentido espero, como lo espera la mayoría de los venezolanos, que éste próximo martes 25 en la sesión convocada por la Asamblea Nacional para tratar la “situación constitucional de la presidencia de la República”, según lo establece el acuerdo aprobado, se termine de aclarar de manera definitiva esta situación.
Confiamos que así sea.