La búsqueda de la paz en Colombia y la crisis política en Venezuela acapararon la atención de los 22 países que participaron de la XXV Cumbre Iberoamericana, que culminó este sábado en la ciudad caribeña de Cartagena.
AFP
La ausencia del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien canceló su viaje a último momento y era esperado con gran expectativa por los asistentes, marcó la reunión presidencial, que se desarrolló durante el segundo y último día del encuentro iberoamericano.
La canciller venezolana Delcy Rodríguez, quien finalmente representó a Maduro y ocupó su lugar en la foto oficial, excusó al mandatario diciendo que no pudo asistir porque el domingo se “inicia en Venezuela un proceso de diálogo con los sectores opositores” con acompañamiento del Vaticano.
Rodríguez detalló que ese proceso busca, “a través del diálogo político, encauzar aquellas acciones que pretenden por la vía no constitucional y antidemocrática el derrocamiento del gobierno de Venezuela”.
El mandatario peruano, Pedro Pablo Kuczynski, dijo en la plenaria que Venezuela “sufre una tremenda crisis económica y también una crisis de derechos políticos”, y llamó a sus colegas a debatir no solo sobre los temas “bonitos”, sino también sobre los más “candentes”.
Kuczynski ya había anunciado que aprovecharía la reunión para para pedir a los iberoamericanos, entre otras cosas, desplegar “un operativo de ayuda humanitaria a Venezuela”, por la escasez de alimentos y medicinas en ese país.
Más que en declaraciones públicas, el tema de Venezuela fue profundamente debatido en el almuerzo privado, según dijo el próximo secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, elegido hace unas semanas y también presente en la cumbre.
“Hubo un debate muy interesante durante el almuerzo sobre Venezuela y creo que hubo un consenso muy claro y es que no hay solución para los problemas de Venezuela (…) sin un diálogo, un diálogo constructivo entre las partes, con apoyo de la comunidad internacional”, declaró Guterres a periodistas.
Aunque se había planteado la posibilidad de que los países se pronunciaran en conjunto sobre Venezuela, la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, confirmó a la prensa al cierre del encuentro que “nunca se presentó un comunicado oficialmente” para consideración de la plenaria sobre la situación en el país caribeño.
“Respaldo unánime” a la paz
Lo que sí aprobaron los asistentes fue un comunicado especial sobre la paz en Colombia, en el que expresaron su “respaldo unánime” a las negociaciones de paz para acabar con el conflicto armado interno que en más de medio siglo ha dejado millones de víctimas, según informó Grynspan.
Flamante Premio Nobel de la Paz, el mandatario anfitrión Juan Manuel Santos recibió entonces el esperado espaldarazo de la comunidad internacional en sus intentos para acabar con la confrontación interna a través de la negociación con las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas) y Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista).
Un nuevo aliento, luego de que el acuerdo sellado con las FARC fuera rechazado por los colombianos en un plebiscito a comienzos de octubre.
Santos dijo que la cumbre se desarrolló en “un momento crucial de la historia de Colombia” y aseguró que el acuerdo con las FARC, que ahora es renegociado, “seguirá siendo la base de una transformación sin precedentes” para el país.
La Cumbre Iberoamericana tuvo lugar luego que Santos decidiera aplazar el jueves la instalación en Ecuador de la mesa de diálogos con el ELN, pues exige que esa guerrilla libere al excongresista secuestrado Odín Sánchez antes de sentarse a negociar.
Al cierre de la cumbre, los mandatarios aprobaron la Declaración de Cartagena de Indias y el Pacto Iberoamericano de Juventud, un tema que estuvo en el centro del debate de estos días junto con los de emprendimiento y educación.
Además del comunicado sobre la paz de Colombia, los mandatarios emitieron un documento en apoyo a Haití tras el paso del huracán Matthew y otros con llamados a la negociación para resolver asuntos como el de las Islas Malvinas entre Argentina y Reino Unido o el del Gibraltar entre España y Reino Unido.
Santos entregó la presidencia pro témpore de la Cumbre Iberoamericana al mandatario guatemalteco, Jimmy Morales, cuyo país será sede de esta reunión en 2018.