La asociación civil Expresión Libre haciendo uso de su lema, Comunicadores por la Paz y la Democracia, se dirige a la opinión pública, a los medios de comunicación, a los periodistas en ejercicio profesional, a los gremios, a los estudiantes, a los profesores y especialmente al pueblo de Venezuela, para manifestar la inquietud y preocupación de sus miembros en este momento crítico de la vida de nuestro país:
La Paz y el hambre:
La grave situación económica que sufre el país y que es coadyuvante con la escasez de alimentos y medicinas, la inflación, la inseguridad y la sistemática persecución a las libertades de expresión e información, dificultan las posibilidades de la paz, la concordia y la reconciliación nacional. La construcción de la paz pasa por la solución de los difíciles problemas antes enunciados. Sin embargo, es casi imposible pensar en la solución de la crisis y el logro de la paz, cuando se niega la posibilidad de diálogo.
La constitucionalidad, factor determinante.
Previo a este duro momento de nuestra larga lucha, ocurrieron los diferentes tiempos, en donde la oposición, a través de sus líderes, planteó la batalla por la libertad y la democracia en Venezuela, de manera constitucional, pacífica y electoral. Eliminó así las posibilidades de aventuras golpistas y salidas militaristas, que muchos auspiciaron. Fueron derrotados. Los verdaderos golpistas, los qué si sabían de eso, de “golpes”, estaban en el gobierno. Desde los sectores de la disidencia, al comprender cuál era, efectivamente, la ruta correcta, es decir, la vía democrática y su fortaleza, decidieron unirse para desde la Mesa de la Unidad Democrática, (MUD) trabajar juntos por Venezuela. Lo que ha sido un gran aporte del civilismo venezolano a las luchas democráticas.
Diálogo, democracia, paz:
Hoy, desde la fortaleza de lo conquistado, la MUD dirige su acción hacia el diálogo. El diálogo en sí mismo, es democrático y democratizador, resulta imprescindible en todo proceso de transición. La ausencia de diálogo implica incomunicación. Las dudas y la desconfianza desde los sectores de la oposición hacia los actores designados por parte del régimen para integrarse al encuentro exploratorio, tienen una razón válida por parte de quienes desconfían. No obstante, creemos que el liderazgo ejercido desde la MUD merece la confianza del factor democrático. No es un “cheque en blanco”. Estamos plenamente convencidos de que, lo alcanzado hasta hoy, ha sido gracias a la unidad y claridad en los planteamientos que desde la MUD se han hecho. El país entero así lo reconoció el 6 de diciembre del año pasado. También, el 1ro. de septiembre y el 26 de octubre del presente.
El pueblo quiere cambio y el gobierno no se quiere ir
Dos posiciones encontradas tienen solo dos caminos para llegar a algo. O se enfrentan, y uno al final destruirá al otro, con todas las consecuencias que eso puede traer para la paz y democracia del país, o se exploran las posibilidades para comenzar un diálogo fructífero. El gobierno no se quiere contar, ha perdido la mayoría y por ello han llegado al extremo de violentar el orden constitucional, por lo que el norte para el pueblo democrático, liderado por la MUD, es el de lograr la mayor cantidad de escenarios electorales para que la mayoría pueda decidir el rumbo del país a través del voto. Lograr eso requiere de la presión de los ciudadanos pero también de la definición de una estrategia con una dirección clara por parte de la MUD y para ello se debe fortalecer esta instancia.
La necesaria reflexión:
Efectivamente, los acontecimientos se producen a una velocidad implacable, sin embargo, esto no puede impedir que los demócratas venezolanos hagan el espacio para pensar y establecer garantías y conservar el tesoro que significa la unidad. No es momento de radicalismos, pero si para la discusión y la formulación de propuestas políticas para alcanzar la solución de los graves problemas que aquejan al pueblo venezolanos.
Caracas, el 1ro. de noviembre de 2016.