Urgida más que nunca de puntos, Argentina tendrá de regreso a Lionel Messi cuando visite el jueves a Brasil en uno de los clásicos mundiales del fútbol por la decimoprimera fecha de las eliminatorias mundialistas de Sudamérica, reseñó AP.
Para Argentina, el regreso de Messi no puede ser más apropiado.
El astro del Barcelona se perdió las tres últimas fechas de las eliminatorias por una lesión de rodilla, y la Albiceleste sumó apenas dos puntos ante Venezuela, Perú y Paraguay, tres rivales teóricamente accesibles para los actuales subcampeones mundiales y de América.
“La gravitación de Messi con la selección es muy grande, es un jugador con un desequilibrio importantísimo y cuando el rival lo tiene enfrente le aumentan las preocupaciones”, señaló el técnico argentino Edgardo Bauza.
El último partido de Messi con Argentina fue precisamente en el debut de Bauza el 1 de septiembre por la séptima fecha, un triunfo 1-0 sobre Uruguay con una diana del goleador histórico de la selección.
Desde entonces, todo fue de mal en peor para la selección: empates 2-2 contra Venezuela y Perú, y un revés 1-0 como local ante Paraguay. Para colmo, una decisión de escritorio de la FIFA desplazó a Argentina del quinto al sexto puesto en la tabla, con lo que quedó fuera del casillero que otorga un boleto al repechaje contra Oceanía por la clasificación a Rusia 2018.
Y ahora toca un duelo contra Brasil, su histórico rival que llega en su mejor momento: al mando de Tite, el plantel verdeamarelo tiene el espíritu renovado y ha ganado sus cuatro últimos partidos por marcador global de 12-1, para catapultarse del sexto al primer lugar en la eliminatoria.
“Hace 15 años, Argentina y Brasil le sacaban 15 puntos a todos y hoy las cosas no son así”, analizó Bauza, quien reemplazó a Gerardo Martino tras la derrota ante Chile en la final de la Copa América Centenario en junio. “Las eliminatorias se hicieron mucho más parejas, más duras”.
Entre los jugadores de Brasil no pasa desapercibido el regreso de Messi a una selección que no logró engranar sin el artífice de la mayoría de sus jugadas de peligro, más allá de contar con figuras de nivel mundial como Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín.
“No hay miedo en el fútbol. Respetamos a Messi y a Argentina, y ellos sienten lo mismo por nosotros y nuestro equipo”, dijo el lateral brasileño Dani Alves, excompañero de Messi en el Barcelona.
“(Brasil) tiene que seguir haciendo lo que viene haciendo, independientemente de lo que haga Argentina”, comentó, por su parte, el extremo Douglas Costa.
La selección brasileña repuntó tras la llegada de Tite, quien sustituyó a Dunga luego del fracaso en la fase de grupos de la Copa Centenario.
Recuperando un estilo de juego vistoso, Brasil superó a Ecuador, Colombia, Bolivia y Venezuela en las cuatro últimas fechas y encabeza la tabla con 21 unidades, una más que el segundo Uruguay y cinco más que Argentina.
“Brasil es un antes y después de Tite”, consideró el zaguero argentino Julio Buffarini. “Uno puede verlo en la forma de jugar de Brasil y en sus resultados en las eliminatorias”.
Costa comparó a Tite con su timonel en Bayern Munich, Carlo Ancelotti.
“Tratan bien a los jugadores, son muy humanos”, dijo. “Les gusta hablar con los jugadores en el camerino, nos ayudan. Esa es su mayor virtud”.
El partido se jugará desde las 2245 GMT en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, el mismo escenario donde Brasil fue humillado 7-1 por Alemania en las semifinales del Mundial de 2014. El árbitro será el chileno Julio Bascuñán.