El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB) ha detenido al ministro de Economía de Rusia, Alexéi Uliukáyev, acusado de recibir un soborno de 2 millones de dólares.
“Uliukáyev ha sido detenido cuando aceptaba un soborno. Se le acusa de extorsión y amenazas a representantes de (la petrolera estatal) Rosneft”, explicó la portavoz del Comité de Instrucción (CI) ruso, Svetlana Petrenko.
Según un comunicado difundido por esta autoridad judicial rusa, se ha abierto una causa penal contra el ministro de Economía después de una operación llevada a cabo por el FSB.
Al parecer, los servicios secretos detuvieron al ministro el lunes en el mismo instante en que recibía un soborno de 2 millones de dólares que había exigido a Rosneft para autorizar la absorción por esta compañía de otra petrolera de propiedad estatal, Bashneft.
“El dinero fue entregado a Uliukáyev en el transcurso de una operación supervisada por los agentes” del FSB, explicó a la agencia Interfax una fuente próxima a la investigación.
Según este interlocutor de la agencia rusa, los servicios secretos seguían el caso desde el pasado verano, cuando averiguaron que el ministro amenazaba a Rosneft con prohibir la operación de compra si no era compensado a cambio.
“Los servicios especiales pincharon las conversaciones telefónicas de Uliukáyev desde el verano. En sus conversaciones con representantes de Rosneft sobre la privatización de Bashneft se escuchaban amenazas”, apuntó la fuente.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reaccionó a la noticia para decir que “las acusaciones contra el ministro son muy graves y deben respaldarse con pruebas contundentes”.
Cuando el Gobierno ruso planteó la privatización del 50 por ciento de las acciones de la petrolera Bashneft, Uliukáyev señaló en un principio que la compra de la compañía por otra petrolera estatal rusa le parecía incoherente por la titularidad pública de ambas.
Pero ya el pasado mes de septiembre, el titular de Economía precisó que la operación en la que estaba interesada el gigante Rosneft era jurídicamente posible ya que la ley sobre la privatización no lo prohibía expresamente.
Finalmente, el pasado mes de octubre la compañía presidida por Ígor Séchin, al que se sitúa entre los amigos personales del presidente ruso, Vladímir Putin, adquirió por 329.700 millones de rublos (5.006 millones de dólares al cambio de hoy) el 50 por ciento de las acciones de Bashneft.
EFE