Llenar el tanque de gasolina, una pesadilla en la frontera

Llenar el tanque de gasolina, una pesadilla en la frontera

 

La gasolina en Venezuela es más barata que el agua pero en Táchira, estado fronterizo con Colombia, llenar el tanque puede ser una pesadilla, sobre todo porque en muchas estaciones se vende a precios desorbitantes para la mayoría.

AFP





El gobierno habilitó estaciones “alternativas” en Táchira con la gasolina a precios del mercado internacional para evitar el contrabando del combustible subsidiado a Colombia, donde un litro cuesta casi 50 centavos de dólar.

La medida indignó a muchos que no se explican cómo en el país con las mayores reservas de petróleo del mundo el litro de gasolina llegó a costar 650 bolívares (1 dólar en la misma tasa) en este estado en el oeste.

Luego se redujo a la mitad, pero aún así el costo es demasiado alto para la mayoría y muy superior al resto de Venezuela, donde el litro cuesta un bolívar (0,0015 dólares).

“En Táchira somos como quien dice los conejillos de India, el ratón de laboratorio somos nosotros los gochos (tachirenses). ¿Por qué no todo el país?, se quejó Ángel Varela, habitante de San Cristóbal.

Actualmente, llenar el tanque de un carro pequeño (70 litros) en las estaciones “alternativas” puede costar 23.100 bolívares (unos 35 dólares), lo que representa un 85,2% del salario mínimo en Venezuela, de 27.091 bolívares tras un alza de 40% hace tres semanas.

De lo contrario, los tachirenses tienen la opción de buscar gasolina en los expendios de servicio regulares, donde se vende al mismo precio que en el resto del país.

Pero, para eso, tienen que tener un chip especial en su vehículo, que certifica que son venezolanos.

– Filas de horas –
Cuando lo tienen, pueden pasar entre una y diez horas haciendo fila, muchas veces en las noches. Y en medio de la espera, es común que se acabe el combustible.

“En un país pionero en petróleo y pionero en hidrocarburos, no es posible que estemos pasando por esto, el precio de la gasolina es exorbitante”, dijo Luis Beltrán, quien debió ir a una estación alternativa porque su vehículo no tiene el chip requerido.

Otros, como Rina Mazuera, no soportan el tiempo de espera.

“Hice una cola de dos horas para echar gasolina, y cuando ya iba a llegar, se acabó”, se quejó.

Venezuela y Colombia reabrieron su frontera de 2.219 km después de un año de cierre. En agosto lo hicieron para el paso peatonal y en septiembre para el transporte de carga, quedando pendiente el tránsito de vehículos particulares.

El presidente Nicolás Maduro ordenó cerrar la frontera a raíz de un ataque armado contra una patrulla militar venezolana, que dejó tres heridos y que atribuyó a paramilitares colombianos.

Y también argumentó que la frontera servía al contrabando -especialmente de gasolina venezolana, la más barata del mundo- y de productos subsidiados, por bandas criminales ligadas al narcotráfico.

Tras la reapertura, el gobierno puso en marcha las Estaciones de Servicio Alternativas (ESA).

Venezuela está hundida en una crisis económica que se agravó por la caída de los precios del petróleo. El país, que importa la mayor parte de lo que consume, deriva 96% de sus divisas de las ventas de crudo.

Aunque el mandatario socialista anunció en febrero pasado un incremento de 1.328,5% para la gasolina normal y de 6.085% para la súper, a fin de paliar los efectos de la crisis, la gasolina venezolana sigue siendo la más barata del planeta.

Con un dólar a la tasa del mercado paralelo (unos 1.800 bolívares) se pueden comprar 1.800 litros de la nafta más barata.