Uno de los delegados de la oposición venezolana en el diálogo con el gobierno exigió a los facilitadores del Vaticano y la Unasur vehemencia para hacer que el gobierno cumpla lo pactado.
AFP
“Exigimos a los mediadores que se pongan los pantalones, que haya claridad y cumplimiento de lo acordado. El gobierno quiere patear la mesa”, dijo este jueves a periodistas el negociador Carlos Ocariz.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro y la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anunciaron el pasado sábado una hoja de ruta para resolver la grave crisis política y económica, tras una segunda ronda de conversaciones.
“Nos preocupa la actitud del gobierno en la mesa de diálogo. Preocupa su actitud en la OEA, que se retiraran cuando varios países apoyaron el diálogo. Dejen sus diferencias internas, no se ha cumplido lo que se ha acordado”, denunció Ocariz tras una marcha hasta la Nunciatura Apostólica para pedir que se permita el ingreso de medicinas donadas al país.
Dirigiéndose al nuncio, Aldo Giordano, el dirigente recordó que la misma exigencia se le hizo al gobierno previo a la segunda ronda de negociación. “Por eso estamos en la calle”, sostuvo.
Los acompañantes del diálogo son el obispo Claudio María Celli -enviado del papa Francisco- y los exgobernantes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá), a nombre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Ocariz no precisó a qué acuerdos se refería, aunque el diputado opositor Édgar Zambrano aseguró que el Ejecutivo se comprometió con la liberación de al menos cinco políticos presos a más tardar el 16 de noviembre.
Venezuela atraviesa una crisis económica que se refleja en una aguda escasez de alimentos y medicinas y una inflación que el FMI proyecta en 475% para 2016.
Las conversaciones para superar las tensiones políticas y la debacle económica se iniciaron el 30 de octubre, y desde entonces fueron liberados cinco opositores, ninguno de alto perfil.
Entre los acuerdos anunciados el pasado fin de semana figura la superación del desacato de la mayoría opositora en el Parlamento, que declaró el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) tras la incorporación de tres diputados cuya elección fue suspendida por denuncias de fraude.
El martes, el bloque opositor desincorporó a los parlamentarios.