Una mujer con problemas mentales encerró en su casa a 14 gatos quienes al pasar de cierto tiempo empezaron a comerse los unos a los otros por la ausencia de comida.
Solo uno sobrevivió al “holocausto felino” que se desarrolló en una vivienda situada al norte de Australia.
Miembros de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad de Animales allanaron el lugar y descubrieron los cuerpos de los gatos en estado de composición.
Pese a que la dueña de la casa no se encontraba al momento de la inspección, resultó imputada por crueldad animal.
“Cuando los inspectores arribaron a la casa, el gato sobreviviente, totalmente demacrado, estaba gritándonos para que nos apresurásemos y abriéramos la puerta (…) El resto quedaron diseminados por el suelo y los sillones de la vivienda”, explicó una de las inspectoras.
Con información de Infobae