En rueda de prensa el partido político Voluntad Popular en Cojedes a través de su dirección regional, fijo posición publica a cerca de la confesión hecha por Efraín Campos Flores a quien junto Frank Flores se les declaro culpables en un tribunal de Nueva York, por el intento de trafico de drogas a los Estados Unidos de Norteamérica y donde en dicha confesión Campos Flores aseguro que traficaba drogas para pagar la campaña de las elecciones legislativas de diciembre de 2.015 donde su tía Cilia Flores fue electa por esta jurisdicción .
Nota de prensa
El líder de la tolda naranja y coordinador en la región Alexander Míreles asumió la vocería del partido aseverando “Estamos ante una situación grave, la confesión hecha por Campos Flores compromete al oficialismo y tiene una incidencia directa sobre los cojedeños, eso de asumir el trafico de drogas para financiar candidaturas es la muestra de la descomposición del régimen en todas sus instancias, nos remonta a la Colombia de los años ochenta donde el narcotráfico tenia diputados y se desvirtúa totalmente la legitimidad de los diputados del oficialismo cojedeño, les exigimos de forma contundente que rindan cuentas ante la colectividad nacional y regional, el origen de los fondos para el financiamiento de sus campañas, es un hecho publico, notorio y comunicacional lo implicados que están los diputados cojedeños luego de esta confesión. Quien la debe no la teme y quien calla otorga, aquí nadie se come el cuento que es una conspiración del imperio luego de que los Flores asumieron que tienen doce años en esas andanzas”. Finalizo diciendo Míreles.
La directiva de la tolda naranja en Cojedes asumió que seguirán denunciando los hechos de corrupción de los cuales tienen pruebas de sobrinos, cuñados y hermanos que son protagonistas del desastre hamponil en desarrollo, mientras los cojedeños pasan trabajo incluyendo los militantes del Psuv, a los que utilizan solo para aplaudir y hacer bulto. Con estas acciones se trata de resguardar el erario regional que esta siendo victima de una operación “Raspado de olla” por parte de quienes gobiernan y están preparando la huida, ante la inminente derrota que recibirán al realizarse elecciones en Venezuela y por ende en la entidad.