Quienes nunca creyeron que la Cárcel Nacional de Maracaibo, o cárcel de Sabaneta, sería clausurada algún día, quizá tampoco pensaron que el monumento a la violencia, hacinamiento y muerte sería convertido en un Museo Penitenciario, según reseña el diario Panorama.
Luego de 3 años y tres meses, la cárcel de Sabaneta que albergó más de 4 mil reclusos —y que fue escenario de decenas de motines, cientos de muertes, guarida de los pranes más peligrosos del Zulia, sitio desde donde se ordenaban extorsiones y sicariatos—, ahora será un lugar para la recreación de visitantes y para instruir a la comunidad en quehaceres socioproductivos.
Una fuente del Ministerio de Asuntos Penitenciarios informó a PANORAMA sobre la iniciativa del Museo Penitenciario, un hecho novedoso en occidente ya que ninguna cárcel de esta región que haya sido clausurada fue utilizada para tal fin. “Es un proyecto hermoso del Ministerio de Asuntos Penitenciarios donde habrá exposiciones generales de valores históricos y que mostrará los logros del sistema penitenciario”.
Prosiguió: “Los visitantes podrán ver imágenes de otros recintos adaptados al nuevo régimen penitenciario, recorridos por áreas de la antigua cárcel con especialistas en la materia”. Para tal fin, el Ministerio de Asuntos Penitenciarios ha venido haciendo un trabajo interno en la antigua cárcel, primeramente con la capacitación de un personal joven que se encargará de la atención al público para explicar los avances en el nuevo régimen penitenciario, así como también sobre la exhibición de objetos con un gran valor histórico del recinto. “La central telefónica que se inauguró con la cárcel, la descubrimos, la estamos recuperando y será parte de la exhibición”.
La refacción de la estructura física se está trabajando, pues como se sabe, las instalaciones fueron muy afectadas durante el tiempo que funcionó como internado de reclusos.
Vecinos del sector Sabaneta a diario pasan por el frente y al observar la fachada con el nombre “Museo Penitenciario” se acercan a los guardias nacionales para preguntar cuándo estará disponible para el público. La curiosidad por conocer o quizá por recordar los sucesos violentos entre sus muros despierta la morbosidad en la gente, pero una fuente interna aclara: “No es para exhibiciones negativas, no es para mostrar nada relacionado con pranes, es para cosas positivas”.
En este sentido, sí habrá talleres y conversatorios para las comunidades, con fines socioproductivos, que la gente aprenda a crear, a producir. “En el Museo también habrá una radio que se transmitirá a modo interno, con fines informativos, con sus comunicadores y demás personal para ello”.
En Maracaibo no existen antecedentes de que una cárcel terminará como un Museo. Existen ejemplos en otras latitudes, como en Argentina, donde está el Museo Penitenciario Antonio Ballvé, inaugurado el 4 de diciembre de 1980 con el fin de preservar y dar a conocer el acervo histórico y cultural del Servicio Penitenciario Federal.
Ubicado en una casona de sólidos muros, patios soleados y gruesos barrotes de hierro, sus salas muestran cronológicamente los cambios de las penas y las cárceles en Argentina.
En este museo se realizan ferias y exposiciones de productos elaborados por privados de libertad y tienen acogida entre los ciudadanos.
En Venezuela, cuando se dio la clausura de la cárcel de La Planta en el estado Miranda, en el año 2012, la estructura fue demolida y sobre el terreno se comenzó a construir el Parque Comunal, Cipriano Castro.
Pero construir un museo no fue la primera intención desde el momento en que se ordenó el cierre de la cárcel de Sabaneta, el 19 de septiembre del año 2013. En aquella oportunidad se había prometido que la vieja estructura de la Cárcel Nacional de Maracaibo pasaría a un urbanismo para la comunidad que reside en sus adyacencias, sin embargo, no se concretó.
Lo que sí es un hecho es que la cárcel será un museo y ya una valla en su fachada lo anuncia. Aún no se tiene fecha prevista para su apertura, pero se estima que sea para mediados del año 2017. La antigua cárcel aún conserva su cerca de ciclón, la garita de la Guardia Nacional sigue en el mismo lugar, las torres en sus esquinas se mantiene, pero un verde manzana resalta en sus paredes.
El tráfico abrumador que se veía antes desapareció, ahora muy pocas personas pasan por allí y hasta los vendedores ambulantes buscaron otra plaza de mercado.
Sin embargo, lo que no extrañarán jamás, es el horror que se padecía cuando se generabanlas guerras entre pranes, ni las consecuencias fatales al caer un proyectil o bala fría sobre personas inocentes.