El martes 6 de Diciembre se vuelve a reunir la Mesa de Dialogo, para esa fecha habrán transcurrido 24 días desde la última vez que lo hicieron, y los venezolanos seguimos esperando los resultados positivos de esta iniciativa de algunos partidos de la MUD y el gobierno.
Hasta hoy no se ha cumplido el compromiso de la apertura del canal humanitario y son cada vez más el número de enfermos crónicos que mueren esperando sus medicamentos; no ha habido ninguna medida sería dispuesta a rectificar el rumbo económico, por el contrario el gobierno apuesta por una devaluación feroz como mecanismo para obtener los bolívares necesarios para cumplir el pago del salario de los empleados públicos y otras deudas internas, sin importar el resultado nefasto de esa decisión en el poder adquisitivo de los venezolanos, y dado que la ruta electoral no ha sido de interés de los dialogantes, no se ha avanzado ni un ápice en lograr la salida de Maduro lo cual es indispensable para resolver los problemas de fondo del país.
Por el contrario, durante estos 24 días, el Seniat decomisó una carga de medicinas enviadas a Caritas, el TSJ ha producido sentencias que impiden las protestas, las investigaciones sobre corrupción de empleados públicos y la realización del juicio político al presidente Maduro, y es bastante probable que a petición de diputados del PSUV sea ese órgano judicial quien designe, en los próximos días, los nuevos rectores del poder electoral que deben ser nombrados por la Asamblea Nacional, en flagrante violación a la distribución de competencias establecidas en la constitución.
Quienes están sentados en la mesa de dialogo, deben saber, que ya no hay tiempo, que la situación es cada día peor, que los enfermos no esperan, que el hambre está golpeando en todos los estratos sociales, que la pobreza y la violencia crecen a ritmos acelerados, lo que hace que los venezolanos estamos cansados de discusiones estériles, y exijamos hechos concretos,
Si el representante del Vaticano escuchara a los párrocos y demás miembros de las congregaciones que a diario predican la fe en nuestras comunidades, sabrían el drama diario que se vive en el país, que no se limita a lo económico, sino que incluye lo social. Igual actitud deberían tener los partidos que decidieron ir a sentarse a esa mesa, ya que sus bases militantes que hacen trabajo en las calles, darían muchas luces a sus dirigentes
Venezuela se nos cae a pedazos, mientras los dialogantes siguen sentados, sin apuros y peor aún sin resultados
Quienes están sentados en la mesa de dialogo deben entender la responsabilidad histórica que tienen en sus manos, basta de dilaciones, incoherencias e improvisaciones. Deben garantizar que nada debe interponerse al interés de los venezolanos. Es el momento de ser transparentes y demostrar el compromiso con el país….es quizas el momento de escoger nuevos interlocutores.
@judithsukerman / [email protected]