Hace un año 7.707.422 de venezolanos manifestaron a través del sufragio la nueva composición del parlamento nacional. El triunfo de la oposición en las pasadas elecciones parlamentarias de 6 de Diciembre 2016, se transformo en la esperanza y luz de un pueblo que aun convoca a gritos la solución a sus problemas más existenciales. La crisis económica y la histórica inseguridad, millones de venezolanos interpelaron de manera radical estas dos variables, cobraron Gran Polo Patriótico sus grandes desaciertos e injusticias contra la justicia, además, el resultado develaba que había emergido con mucha fuerza el desamor hacia la revolución creada por Chávez, es decir era una realidad el inicio del fin de la revolución bolivariana.
Los números siempre fueron reveladores, nunca mintieron, se ajustaban a la verdad, el cambio en la Asamblea Nacional era tangible e indetenible, la oposición derrotaba cómodamente al chavismo, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD lograba 112 de 167 diputados) puso fin a la hegemonía chavista en la casa de las leyes, pero no a la crisis que transita el país. La AN seguramente en estos 365 días no ha cumplido con algunas de sus promesas por las múltiples entramados que ha hecho el Alto Gobierno en complicidad con el máximo órgano del sistema judicial del país, evidentemente, todas las acciones se orientan en buscar vías que puedan mantener a flote a una añejada revolución.
Las señales concreta del pasado 6-D 2016, son claras, es una significativa premisa, que develo que la gente se cansó de las antiposturas de la revolución y su modelo económico hambreador, realidad reflejada en el resultado obtenido: 112 diputados que se traducen en la plataforma constitucional estratégica para la transformación de la Venezuela de futuro. La significación de ese número 112, está en su propia esencia numérica, particularidad que llevo el Gobierno construir diversos obstáculos jurídicos para salvarse de las decisiones que pudiesen hacerse en su contra, la mayoría de la fracción de la MUD le permite buscar alternativas democráticas para desmontar el poder chavista en las instituciones de Estado Venezolano.
Articulado a lo anterior, los ataques constantes Nicolás Maduro contra el poder legislativo forma parte de su estrategia política, para nadie es un secreto que el Ejecutivo utiliza al TSJ para aislar a la AN sabe que cuenta con la mayoría necesaria para hacer los cambios constitucionales en el país, por ello, ha dictado sentencias a su beneficio e interés, pero se olvida que los venezolanos hace un año ya refrendaron el cambio. La victoria de la oposición 6D conecta actualmente con el deseo de cambio que aspira el 80% de los venezolanos.
Nuestros estudios de opinión pública, en sus análisis concluyen que al menos un 58,3% de la población tiene una percepción positiva de la gestión que se ha hecho desde el salón de debates en la Asamblea Nacional, espacio convertido en la tribuna para interpelar las injusticias que se cometen en el país.
En el mismo orden de ideas se armoniza la temática de las innumerables críticas que han emergido con toda lógica racional contra la MUD tras haber aceptado sentarse en la Mesa de Diálogo con el Gobierno Nacional, no obstante, mantengo mi postura crítica o acrítica sobre el dialogo, en síntesis mantiene dividido en criterios a la oposición, pero si hablamos de elecciones nacionales, regionales o locales, observamos y hacemos lectura de la intención de voto, la alianza opositora volvería a ganar y con excelente brecha al gran Polo Patriótico…ahora bien, el desafío de la MUID es saber explicarle al 80 por ciento de los venezolanos el porqué esperar hasta el 13 de Enero de 2017 como fecha para conocer señales verdaderas o de buena voluntad por parte del Gobierno, son tiempos de dilemas o maniqueísmo…será que es justo y necesario, Interpelar a la MUD y AN en su justa dimensión.
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